Inés Campanella: De manera general y pensando en lo que ha sido el proceso de la Cumbre Mundial para la Sociedad de la Información, Ginebra 2003 y Túnez 2005 y su capítulo regional, el eLAC ¿cómo considerás que ha sido la trayectoria de la inclusión del género en esto? ¿Qué clase de interés habia en el tema? ¿Cómo se lo ha incluído? ¿Se le ha dado seguimiento a eso? Y finalmente llegando al día de hoy ¿qué clase de protagonismo tiene el género en esta nueva plataforma eLAC 2010? ¿Qué cosas faltarían, qué se logró qué debilidades hay aún?


Saadia Sánchez Vegas: Yo estoy en el proceso regional desde el momento en que se estaba redactando lo que después se conoció como el eLAC 2007, su primera versión, que fue en una reunión en Quito. En esa primera reunión, donde hubo una actividad y una presencia importante de la sociedad civil yo me sentía muy entusiasmada porque es un tema que en lo personal me interesa aunque organizacionalmente manejamos la dimensión social y la dimensión social incluye, además de la equidad de género, otros básicos como salud, educación, derecho al trabajo, es decir, todo lo que es la dimensión social vinculada a los procesos de integración de la región. Y si bien género es un tema al que no le damos tratamiento específico, al entrar en la dimensión social del desarrollo y de la integración, por supuesto, es de nuestro interés. ¿Y por qué le doy este carácter de dimensión social? Yo mencionaba que uno de los problemas que se encuentran en el problema de la juventud y el empleo, que en realidad debería llamarse el problema de la juventud y el desempleo, que es grave realmente, lo que puede recogerse de una serie de investigaciones que vienen alertando a lo largo de los años es que se trata de un problema de gran heterogeneidad, que tiene dos factores que lo agravan: uno, es el origen, rural o urbano y, otro, el género, porque las mujeres jóvenes están en una situación de muchísima más desventaja. Entonces, vuelvo a la primera reunión del eLAC donde hubo una presencia muy fuerte y muy vocal de la sociedad civil, que defendió la equidad de género y tuvo voz y presencia. Realmente el tema se discutió e ingresó en la agenda. No es que yo piense que los Estados no querían que ingresara, de ninguna manera.


Inés Campanella: Es que son esas temáticas que requieren cabildeo y que pareciera que no son lo prioritario...


Saadia Sánchez Vegas: Exacto. Como tampoco termina de ser prioritaria la cuestión de las tecnologías. Por eso el ejemplo del empleo joven es un poco como la metáfora. En el problema del o la joven sin empleo encuentras que se agrava cuando entra el elemento del género. Entonces tienes ahí dos factores: hay problemas que no se atienden y no hay políticas focalizadas para la atención del tema pero también se ve agravado por la cuestión del género y por las tecnologías también.


Inés Campanella: ¿Hay carencia de transversalización del tema?


Saadia Sánchez Vegas: Fijate que inclusive leyendo en ciertas investigaciones, algunos investigadores opinan que el género ha logrado, a diferencia de otros temas como por ejemplo el empleo joven, cierta transversalidad. No neguemos que hay movimientos importantes que han surgido de las bases, de quienes somos sujetos de la discriminación y de la desigualdad, es decir, de las mujeres. Entonces yo vi una participación activa que provino de la sociedad civil, creo que los representantes de los gobiernos lo atendieron y el tema ingresó. En Brasil, con el Compromiso de Rio, luego con el eLAC 2007 los meses previos a Túnez, se logró al menos que se integre en la estructura discursiva de los planes de desarrollo y que aparezca. Porque a fin de cuentas estas metas son de desarrollo, todo el eLAC son metas de desarrollo. A lo mejor no le llamamos así pero son metas de desarrollo y vinculadas además a reducción de la pobreza, reducción de la inequidad y reducción de la exclusión social. Al tenerlas ahí ya le otorgas el espacio discursivo, que es un espacio político, y colocas la voluntad política plasmada en un documento a favor de derechos que deben ser transversales. El problema existe como un problema donde se evidencian déficits sociales y déficits de democracia también porque hay exclusión de género, exclusión que es de hecho inequidad. Fijate que se desagregaron varias de las metas en torno a la equidad de género que en el eLAC 2007 no estaban desagregadas. Entonces si aparecía, era importante, tenía un espacio pero seguía apareciendo objetivado, sin transversalización. Cuando colocas una meta específica, por un lado le das un espacio pero tiene otra cara, le das un carácter adicional. La perspectiva debe ser integral, debe ser sistémica. Sistémica en tanto que involucra a todos los actores sociales, luego es transversal y luego es integral. Entonces en todas las políticas sociales debería aparecer transversalmente el tema de la mujer, no como una separata.


Inés Campanella: Entonces en ese sentido sí han habido progresos con el eLAC 2010...


Saadia Sánchez Vegas: En ese sentido, si. Si comparas la propuesta de borrador que se tiene con el eLAC 2007 ves que en el espacio discursivo, que es político también, hay voluntades y es un compromiso que están asumiendo los países. Definitivamente pienso que hay un avance que se concreta. Ahora, sabemos que las declaraciones también son discursivas y que necesitan instrumentación y ser operativizadas.


Inés Campanella: Sobre eso quería hablar. Hay voluntad política pero, por otra parte, también se requieren mecanismos de financiamiento. En ese sentido ¿te parece que realmente han surgido mecanismos de financiamiento que aseguren la inclusión del género en este tipo de iniciativas y planes?


Saadia Sánchez Vegas: Pienso –y en esto voy a ser muy franca- que el problema de la equidad de género, como es un problema estructural, la perspectiva no puede ser subjetiva. La solución al problema no puede ser asistencialista, para los pobres y las mujeres, que si además son pobres, tienes la doble condición de la exclusión y la inequidad. Si creo que tienen que haber mecanismos de financiamiento para actuar sobre algunas metas que has definido como tales y, si han sido suficientes, no me atrevería a aventurar una respuesta. Sin embargo, lo que esos mecanismos de financiamiento no pueden ser es asistencialistas. Y lo que no pueden hacer es desplazar las causas de la propia exclusión en las mujeres y, por ende, desplazar en las mujeres las soluciones. Es entender que el problema de inequidad de género es estructural, como la pobreza, que es de raigambre estructural.


Inés Campanella: ¿Y en lo que hace a las asociaciones de tipo público-privado para financiar este tipo de proyectos en el tema de género? ¿Serian una alternativa legitima, como los parternariados?


Saadia Sánchez Vegas: Absolutamente si. Yo creo que en lo que tiene que ver con desarrollo social y económico -y la equidad de género es parte de ello- la relación Estado-Sociedad-Empresa debe cobrar relevancia. Creo que es ahí donde, si realmente se logran conjugar los esfuerzos, se le da carácter sistémico a la aproximación al tema, se lo ve como una totalidad. ¿Por qué? Porque la sociedad, en tanto sociedad organizada, actores sociales sujeto y objeto de las políticas sociales, la empresa como sector privado y el Estado cuya función es la de regular la equidad social, deben tener una relación clara. Aunque es el Estado el que puede generar políticas y destinar recursos para garantizar los derechos ciudadanos. Yo me pregunto cuántos proyectos de responsabilidad social empresarial en la región tienen al género como un componente. Hay proyectos muy loables, que tratan sobre infancia, medioambiente, jóvenes... Pero devuelvo la pregunta: ¿los programas de responsabilidad empresarial, aquellos que tienen programas de responsabilidad social en un sentido orgánico y no filantrópico, que articulen respuestas a problemas sociales no desde la beneficencia sino desde lo que les corresponde responsablemente, realmente han tomado en consideración el tema de género en particular? Sería interesante abordarlo y revisarlo.


Inés Campanella: Y por último, de forma bien general y desde su experiencia en el SELA ¿qué reflexión tenés sobre cuál ha sido el impacto de las TIC en problemas latinoamericanos como el género, la exclusión, la pobreza, el desempleo juvenil...?


Saadia Sánchez Vegas: Estos grandes temas requieren de una gran atención pero hay otros temas. Hay otros temas que sirven para vernos como región, sobre la base de nuestras complementariedades, que es lo que corresponde. Acordate que hablé de las asimetrías. Partimos del principio de que las políticas de desarrollo podrían ir de la mano de las políticas de integración regional y no sólo en el ámbito comercial y económico sino en la dimensión social. Y todos los que se conocen como esquemas de integración como CARICOM, SICA, MERCOSUR, CANN y ALBA tienen todo un espacio dedicado a las políticas sociales donde incluyen aspectos más allá de salud, educación, etcétera. Lo que pasa es que todo termina cayendo ante la urgencia. Y las políticas de TIC, al tener carácter transversal, deben ir de la mano de esto. Pero sin una perspectiva tecnocéntrica: las TIC son concomitantes a otros procesos y son instrumentos coadyuvantes a la reducción de la pobreza y también son habilitadoras de la participación social y ciudadana. Utilizar las TIC y darle ese carácter habilitador, que permita canales de participación ciudadana, eso también contribuye directamente con la igualdad y con la democracia. Yo pienso que el tema de la integración es definitivamente un tema estratégico y me gustaría pensar que es un eje articulador para toda la región. Quizás por eso no senti que aparezca la cuestión de la integración con ese peso articulador para toda la región. Ahora, por definición, este es un gran proyecto de integración, 33 países sentados discutiendo es un esfuerzo de integración. No es un ejemplo clásico de integración como los que mencione antes pero es un esfuerzo que encuentro realmente relevante.


Inés Campanella: Habría que ver qué seguimiento se le dan a estas cuestiones, cómo se implementa, cómo se concretiza lo discursivo...


Saadia Sánchez Vegas: Ciertamente. Siempre es un riesgo pero, aunque sea declarativo, al menos concretiza, le da un lugar político de actuación, se hace público. Le abres la ventana a la posibilidad de que se concrete en algún momento. Hay una conciencia importante que se ha levantado de que no es un problema tecnológico sino un problema de gestión social de la tecnología. Y creo que ya hay conciencia sobre esa dimensión social de lo tecnológico y ese es un logro extraordinario. Se están haciendo cosas desde la sociedad civil, desde las empresas y desde los Estados. Creo que eso bien vale el esfuerzo. Y a lo mejor, la espera.


Inés Campanella: Muchas gracias, Saadia, por la entrevista.


Por Inés Campanella, durante la II Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información, El Salvador, febrero de 2007

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