La población urbana de Congo se calcula en 3,6 millones de personas, con 51% de mujeres y 49% de hombres. El país recién está saliendo de muchos años de conflicto armado y aún prevalece la circulación ilegal de armas pequeñas, lo que favorece la continuidad de la violencia. Los conflictos armados pusieron el tema de la violencia sexual en primer plano. En las ex zonas de conflicto se denuncian muchos casos de violencia sexual y la mayoría de los denunciados son militares o ex combatientes. Hay una gran exposición a enfermedades de transmisión sexual y del VIH/Sida. El acoso sexual es común en colegios y universidades. La violencia doméstica y el incesto son comunes. Los perpetradores suelen quedar sin castigo en esta sociedad patriarcal. A las niñas y las mujeres por igual se les enseña a mantener silencio. La dote o precio de la novia hacen que los hombres se sientan “poseedores” de las mujeres.

El gobierno está interesado en el tema pero los pocos textos legales y politicos referidos a la violencia contra mujeres y niñas son inadecuados. Congo no cuenta con una legislación específica sobre violencia doméstica y el procedimiento para las víctimas de acoso y violencia sexual es lento y costoso. Congo firmó la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) y el Protocolo de la Carta Africana sobre los Derechos Humanos y de los Pueblos y los Derechos de las Mujeres en África y aprobó el Código de Familia y el Código del Proceso Criminal que proscriben el acoso, la violencia física y la violación. Pero pocas organizaciones de la sociedad civil se dedican a impedir la violencia doméstica y hay poca coordinación de las respuestas. Las agencias de Naciones Unidas están activas en este campo y el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) financia el trabajo del Ministerio de la Mujer en el área de violencia doméstica. Las organizaciones religiosas brindan apoyo regularmente a las víctimas.

La ausencia de una infraestructura de telecomunicaciones en Congo es el principal obstáculo para el desarrollo de las tecnologías de información y comunicación (TIC). El acceso a internet es muy costoso. El suministro errático de energía eléctrica, el subsecuente uso de generadores de energía y alto costo del combustible afectan el precio y la penetracón de los servicios de TIC en el pais (0,03%). Se calcula que existen 250 cibercafés en las ciudades más grandes pero se consideran reino de los jóvenes. La falta de capacitación constituye un obstáculo para la producción de contenidos locales y la mayor parte del diseño y producción de contenidos en línea se hace desde la diáspora congoleña.

En el Congo, el principio de libertad de información y comunicación está reconocido. Existen leyes sobre censura pero están pensadas para los medios de prensa escrita, la radio y la televisión, aunque se aplican a internet. Por lo tanto, es difícil regular los contenidos perniciosos porque los sitios web suelen estar en otros países, generalmente en Occidente. El gobierno no tiene control del dominio .cg.

En cuanto a la violencia doméstica y TIC, algunos hombres utilizan el SMS y el teléfono para acosar a mujeres y niñas; otros vigilan el uso de la telefonía móvil por parte de las mujeres, lo que concita problemas de privacidad; las relaciones de poder entre hombres y mujeres se reflejan en la realidad de quién tiene la posibilidad de comprar un teléfono celular; los jóvenes también utilizan los celulares para difundir imágenes de chicas desnudas. En general, las víctimas no piensan que el abuso en el uso de los teléfonos móviles sea violencia. Los “videoclubes” (que reemplazan a los cines) presentan a veces películas pornográficas que promueven una visión sesgada de la sexualidad. Los derechos de comunicación constituyen un tema importante para las mujeres, sobre todo para las que son vulnerables y tienen pocas posibilidades de acceder a los medios tradicionales. Las mujeres que dan a conocer su situación relativa al VIH por televisión son acosadas; a las mujeres indígenas que hablaron de sus derechos por la radio les quemaron sus casas; las mujeres profesionales de los medios suelen ser víctimas de acoso sexual. Los medios se autofinancian, de modo que asuntos como la sexualidad, la violencia doméstica y la salud reproductiva no resultan atractivos comercialmente. Sin embargo, los pocos programas sobre esos temas que se presentaron tuvieron una amplia audiencia.

 

Recomendaciones

Para el gobierno: Desarrollar una legislación específica sobre violencia hacia mujeres y niñas; reformar los códigos penal y de familia; incrementar la eficiencia de los procedimientos judiciales para castigar a los perpetradores; facilitar el acceso a los servicios legales, sobre todo en las zonas rurales; garantizar cobertura médica gratuita a las víctimas de violencia sexual en zonas rurales y urbanas.

Para la sociedad civil: Incidir en el desarrollo de una legislación específica sobre violencia doméstica; apropiarse de las TIC para combatir la violencia de género; incrementar el trabajo en red para combatir con eficiencia esa violencia; poner a disposición el equipamiento de TIC necesario.

Para las organizaciones internacionales: Apoyar el proceso de elaboración de un borrador de ley sobre violencia contra las mujeres y las niñas en Congo; desarrollar programas para combatir la violencia doméstica que incluyan el uso estratégico de TIC; apoyar los programas de capacitación para las organizaciones de la sociedad civil que se esfuerzan por terminar con la violencia de género.

Para el sector privado: apoyar proyectos y estimular la innovación en la lucha contra la violencia doméstica utilizando las TIC.



El informe completo se publicará próximamente.

Publication date

Year of publication

2009

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