A estas alturas las latinoamericanas podrían superar a los varones como usuarias de la red, de acuerdo a estudios citados en un informe de CEPAL. Entre 1999 y 2000, el grupo de internautas que más creció en la región fue el de las adolescentes de 12 a 17 años, seguido por las mujeres mayores de 55. Aunque la brecha de clase aún es enorme, es un hecho que más mujeres ocupan internet.



No se sabe con exactitud cuántas son, qué buscan y con qué frecuencia se conectan a Internet, pero se afirma que cada vez son más las mujeres que acceden a las nuevas tecnologías de la información (TIC) y usan internet.



Diversas fuentes aseguran que según se extienden las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), aumenta el número de personas que las usan, especialmente el porcentaje de mujeres.



Así se afirma en el estudio Las nuevas tecnologías de información y las mujeres: reflexiones necesarias, de Gloria Bonder, consultora de la unidad Mujer y Desarrollo de CEPAL.



El trabajo, que recupera diversas estadísticas y encuestas realizadas por diversos medios en Latinoamérica, pone el acento además en la doble desventaja que viven las féminas en el acceso a las TIC: padecen la brecha de género y la brecha de clase en el acceso a las computadoras, el uso que les dan y en el conocimiento que tienen de las tecnologías de punta.



A ello habría que sumar las “desigualdades que existen entre aquellas que viven en países desarrollados y las de países pobres”, afirma la autora del documento.



De acuerdo con su informe, también resulta escasa la inserción femenina en el diseño y desarrollo de programas, así como su participación en disciplinas tecnológicas en general.



Internautas en el mundo



Hacia fines de 1995 había aproximadamente nueve millones de usuarios y usuarias de internet en todo el mundo y ya para el año 2000 esa cifra alcanzaba los 350 millones.



Estimaciones conservadoras aseguran que entre 2005 y 2007 esa cifra llegará a los dos mil millones como mínimo, es decir la tercera parte del planeta.



Las diferencias entre países ricos y pobres serían más notables aún, con una tasa de penetración del 25 al 30 por ciento en los primeros y de apenas el tres por ciento en los segundos.



En el caso particular de América Latina, la cantidad de usuarios e usuarias no es precisa ni homogénea, asegura el informe de CEPAL, que se remite a diversas fuentes.



Según el sitio Júpiter Comunication, el incremento de internautas en América Central y del Sur es el más elevado del mundo, con una tasa de crecimiento anual del 41 por ciento, superior incluso a algunos países europeos y asiáticos.



Eso supone la existencia de cerca de 30 millones de usuarios y usuarias actualmente en esa región. Así y todo, la cifra equivale apenas al 6.8 por ciento de su población total.



En tanto, un estudio del portal Starmedia sobre el perfil del usuario o usuaria latinoamericano/a típico lo describe de 29 años como promedio, con trabajo y tarjeta de crédito, ubicado en un nivel económico de medio a alto.



Otros sondeos aseguran que el 51 por ciento son varones de 15 a 39 años y con altos ingresos, que se conectan al menos una hora al día.



El último informe difundido por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) revela que, en todo caso, la brecha digital persiste, aunque en algunos países el panorama haya cambiado.



Entre las propias mujeres hay diferencias notables en el acceso a Internet de un país a otro, pues en Tailandia el porcentaje de internautas supera al de España, Luxemburgo y Holanda, consigna el documento que acaba de presentarse en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, que se realizó en Ginebra.



¿Quiénes son las latinoamericanas conectadas?



A esta altura las latinoamericanas podrían superar a los varones como usuarias de la red de redes, según Júpiter Comunication.



Pese a lo anterior, sí parecen persistir diferencias en cuanto a lo que unas y otros buscan y necesitan de Internet.



Más de la mitad de las entrevistadas por dicho sitio utiliza ese servicio por intereses laborales, pero también para obtener información sobre opciones educativas y desarrollo profesional. Casi la mitad encontró trabajo por medio de Internet.



Otro sondeo sobre el comportamiento de las mujeres on line citado por CEPAL señala que entre 1999 y 2000 creció más el grupo de las adolescentes de 12 a 17 años, seguido por las mujeres mayores de 55 años y las niñas de 11 y 12.



Ellas “tienden a focalizar su interés en cuestiones prácticas; no gastan mucho tiempo navegando por diferentes sitios”, mientras los varones “dedican más tiempo a bajar software y están más interesados en la tecnología por la tecnología misma y en los sitios relacionados con el sexo y el deporte”, señala el estudio.



El único grupo que parece haber declinado levemente su participación en la red es el de mujeres de 18 a 24 años, mientras crece con notoriedad el de las comprendidas entre 45 y 54 años de edad.



Los sitios comerciales para todo público serían los más populares, pero también crece el interés por los dedicados específicamente a mujeres.



Según una encuesta del sitio Mujeres Latinas en Internet, realizada hace tres años, predominaban en la red mujeres de 22 a 35 años con estudios superiores, casadas y solteras, que en su mayoría se conectaban desde la casa unas cinco horas a la semana.



Para la consultora de CEPAL Gloria Bonder “resulta claro que sólo ciertos grupos de mujeres tienen acceso a esta herramienta”.



En sus reflexiones Bonder añade que “está por verse, al menos en la debida profundidad, hasta qué punto o de qué manera su uso logra mejorar la posición social, las oportunidades laborales y de participación en cuestiones sociales, políticas o culturales”.



Además del acceso y uso de la tecnología en sí, la especialista anuncia todo un campo que aún está por analizarse, como la pérdida de puestos de trabajo que trae la informatización que incide sobre las mujeres con baja calificación.



En ese contexto general, "uno de los fenómenos que está creciendo en Internet son los grupos formados sólo por mujeres, mientras que los exclusivos para hombres son una excepción", asegura Bonder.



Aunque con gran diversidad de temas y estilos, propósitos y modos diferentes, en esas comunidades se incluyen las publicaciones electrónicas alternativas, considerada por muchos como formas de resistencia cultural de mujeres feministas.



A la hora de describir esos espacios, especialistas destacan su experimentación en el lenguaje, el tratamiento de temáticas marginadas, de una estética provocadora y una intención de demostrar la importancia de que las mujeres asuman el control de la tecnología y sus herramientas.



Fuente: Cimac


Sara Más

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