"Compartir la información es poder, esa es la experiencia de RIMA. La información de por sí no te da poder, a lo sumo te sacará un poco de la ignorancia", planteó Gabriela de Cicco, una de las coordinadoras de la Red Informativa de Mujeres Argentinas (RIMA), en una tarde donde las reflexiones de periodistas en torno a su trabajo abundaron, y en que se dio inicio a un diálogo entre colegas, con el fin de trabajar más coordinadamente.


El taller, que se llamó Género y Comunicación, fue convocado por el Instituto Arendt, el portal Artemisa Noticias y la Fundación Mujeres en Igualdad (MEI). El mismo estuvo coordinado por Monique Altschul, presidenta de MEI, y fue dirigido a un grupo en cerrado de comunicadoras, elegidas por su compromiso en estos tópicos.


Allí estuvieron presentes, entre otras referentes, Liliana Hendel, de Canal 13; Marta Vasallo, de Le Monde Diplomatique, Liliana Daunes, de Radio Ciudad, miembros del Observatorio de Medios de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA) y Sandra Chaher y Sonia Santoro, de Artemisa Noticias.


Justamente Hendel fue quien remarcó que "en la televisión no hay perspectiva de género, no hay periodista que la trabajen, y lo peor es que no hay intensión de ampliarse a esto". Por su parte, Daunes apoyó la idea de tener una agenda feminista común para imponer ciertos temas en la opinión pública y advirtió sobre el lenguaje sexista que imperan en los medios: "me preocupa que nosotras con un micrófono digamos 'uno mismo' en vez de 'una misma', me preocupa más eso que las barbaridades que dicen otros".


Luego, en segundo turno, se realizó, en el mismo lugar, un plenario abierto y con asistencia libre que se dio a llamar "Cómo construir una agenda feminista en los medios".


Allí, la mesa de debate estuvo integrada por Marta Dillon, editora del Suplemento Las/12 del diario Página/12 y conductora del programa radial "El desmadre"; Gabriela De Cicco, una de las coordinadoras de la Red Informativa de Mujeres de Argentina (RIMA); Lea Fletcher, directora de Feminaria Editora; y Sandra Chaher, de Artemisa Noticias. La coordinación estuvo a cargo de Diana Maffía.


Marcando agenda



En el taller inicial se coincidió que los temas de agenda política feminista en los medios deberían ser los derechos reproductivos, la violencia contra la mujer, la equidad laboral de ambos sexos y la lucha por la igualdad en la representatividad política y ciudadana.


También, se acordó que las herramientas para fortalecer esta agenda deberían ser: talleres sobre perspectiva de género en el periodismo -debido a que las universidades y los terciarios especializados no encaran este punto de vista-, cursos sobre lenguaje no sexista, creación de una red de periodistas y personas con interés en estos temas, acciones en pos de consolidar el movimiento feminista, ampliar los horizontes para concientizar a otras mujeres y varones en las problemáticas, realización de un código de ética y crear un premio para aquellos comunicadores que tratan los temas con la seriedad e importancia que merecen.


La discusión más jugosa giró en torno a dos temas en particular. El primero fue cómo introducir en los medios de comunicación los temas de género, es decir, cómo hacer que la lucha de las feministas llegue al resto de las mujeres y la sociedad. El segundo fue si perspectiva de género era lo mismo que hablar de feminismo.


Sobre el primero de los temas no hubo una conclusión categórica, aunque se reconoció los logros obtenidos en los últimos años y se profundizó en la necesidad de llegar a nuevos puertos. Hubo acuerdo en que en un ambiente tan misógino, la alternativa la tienen que dar los periodistas comprometidos, y mientras más sean ellos, mejor.


Acerca de la segunda discusión, Gabriela De Cicco resolvió que "el feminismo debe ser el brazo armado de la perspectiva de género". Las risas invadieron el auditorio frente a la frase de la coordinadora de RIMA, pero ninguna de estas con el fin de desacreditar lo dicho.


Maffía, a modo de síntesis, afirmó que "desde el feminismo se debe dar la lucha contra la diferenciación jerárquica más naturalizada de la sociedad". "Lo que puede decir y hacer este movimiento es la crítica más radical a las estructuras sociales, y es, a su vez, lo que podría provocar la caída de otras jerarquizaciones", sostuvo.


Compartir es poder



En base a la riqueza del debate anterior y las conclusiones obtenidas, las panelistas de "Cómo construir una agenda feminista" expusieron sus vivencias y posiciones, para dar paso luego al dialogo con un auditorio comprometido e interesado con la propuesta.


"Compartir la información es poder, esa es la experiencia de RIMA. La información de por sí no te da poder, a lo sumo te sacará un poco de la ignorancia. El hecho de conformar las redes es lo que te da poder. Es accionar juntas y estar en todas partes. Es la posibilidad de cambio", explicó Gabriela De Cicco sobre su proyecto que ya lleva 6 años. También destacó que los objetivos de la lista de distribución son, entre otros, "promover el uso por parte de las mujeres de las nuevas tecnologías de información y comunicación, reflejar y transparentar las acciones y experiencias de las mujeres de todo el país, promover la inclusión de las problemáticas de las mujeres en las agendas de los medios de comunicación masivos y alternativos, visibilizar la existencia de lesbianas y promover espacios de reflexión y producción creativa lésbica, e impulsar el uso del lenguaje no sexista y su puesta en práctica en redacción de noticias y en la elaboración de textos legislativos".


Por su parte, Lea Fletcher contó su dura tarea de llevar una revista de teoría feminista sin financiamiento de ningún tipo. "En 1988, cuando empezamos, éramos Diana Bellessi, Alicia Genzano, Jutta Marx y yo. Hasta ese momento no había librería de mujeres, no había suplementos dedicados a nosotras, no había secciones en las librerías, estábamos huérfanas. Queríamos hacer una publicación para mujeres como nosotras. El problema fue el dinero desde un comienzo, todas pusimos plata allí siempre. Sigue siendo así", cuenta la directora de Feminaria, revista que sacará en breves su último número en papel, pero que dispondrá en Internet de todos los ejemplares anteriores en forma gratuita.


Marta Dillon, desde un aspecto más íntimo y como declaración de principios, contó cómo se constituyó su feminidad personal: "Yo no elegí sinceramente escribir sobre temas que tuvieran que ver con esta marca de identidad tan poderosa que es ser mujer y vivir como mujer. Fue una oportunidad que al tomarla lustró el espejo en el que aprendí a mirarme".


"No estoy exenta de la bronca, cuando me dicen en el diario, por ejemplo, que empezar de abajo es estar en el suplemento de mujeres, con cierto desprecio cargado de sorna, por lo que consideran temas menores que no hacen a la agenda salvo cuando no hay otro tema o cuando se quiere simular un compromiso correcto. Pero ahí es cuando aprovecho para poner en juego lo que se aprende por ser mujer y tener la capacidad de poner en círculo las intimidades, las marcas del cuerpo, la dificultad sobre todo. Ya se sabe que no hay una manera de ser mujer. Pero acá en el espejo veo a esta, la que es hoy. Y me miro tanto hasta que pierdo la noción de lo que veo, hasta que la pupila es un fondo oscuro en donde reconozco otros espejos. Y me alegro de haber tomado esta chance de pensar sobre mi y sobre otras, de verme en otros ojos y ver otros ojos, y seguir acortando al círculo en donde gira incluso esta marca de identidad tan poderosa que es ser mujer ahora y en el tiempo que viene", afirmó con orgullo.


Por último, habló Sandra Chaher, una de las editoras de Artemisa Noticias, y recaló sobre tres aspectos específicos: el lugar alternativo que le dan las empresas periodísticas a los temas de género, el dificultoso financiamiento y sostén de estos espacios, y, por último, la ausencia de una agenda feminista en los medios de comunicación masiva.


Como una visión a futuro cargada de deseos, Chaher subrayó que "los temas de género deberán atravesar a todos los periodistas de todas las secciones de los diarios". "Todos los temas son posibles analizar desde este lugar, y debería ser hecho así. Los espacios de disidencia, como es Artemisa Noticias en la actualidad, encontrarán siempre su raja por donde meter cosas", remarcó.


Discutiendo sobre como arrimar al movimiento feminista hacia el periodismo especializado, el debate se fue consumiendo. Y con la promesa que no será el último encuentro, el público se retiró deseando que este haya sido un paso fundamental para tener una mejor comunicación en un movimiento que ya recorrió años de lucha pero al que todavía le quedan muchas conquistas por sumar.


Tomás Veitz

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