El informe del Monitor mundial sobre la sociedad de la información 2013 escrito por María Goñi y Ana Laura Rivoir de ObservaTIC, de la Universidad de la República de Uruguay, se titula “Las TIC para el empoderamiento e incidencia. Una propuesta democratizadora para mujeres trabajadoras domésticas de Uruguay”. GenderIT.org entrevistó a Goñi para comprender cómo la desigualdad en el acceso y apropiación de las TIC afecta a este sector de trabajadoras y algunas vías posibles de reivindicación de sus derechos.



Flavia Fascendini: ¿Cómo eligió este tema para el informe y por qué se centra en el uso de las TIC por parte de la Unión de Trabajadoras del Hogar?



Maria Goñi: Decidimos presentar esta experiencia por varios motivos. En primer lugar, Uruguay es un país que ha alcanzado altas tasas de acceso a las TIC por parte de diversos sectores de la población, reduciendo la brecha entre varones y mujeres. Sin embargo, para algunos sectores estas brechas aún siguen presentes. Por ejemplo, el quintil más rico de la población en Uruguay tiene una tasa de acceso casi dos veces más que el quintil más pobre de la población.



Con el ejemplo seleccionado, se buscó visualizar las dificultades que persisten en el acceso y aún más en el uso de las TIC por parte de este grupo de mujeres. Estas son mujeres que provienen de sectores socioeconómicos bajos, con niveles bajos de educación, en donde sus derechos como trabajadores no han sido respetados y reconocidos durante mucho tiempo. Este caso permite visualizar la necesidad de pensar estrategias y acciones específicas para promover y estimular el acceso y uso de las TIC en diferentes sectores de la población – particularmente con las mujeres – buscando reducir estas nuevas desigualdades que se ponen de manifiesto con el desarrollo y ampliación de las TIC.



En segundo lugar, este caso permite visualizar las posibilidades que las TIC pueden brindar a diferentes grupos de mujeres, en diferentes sectores.



La inclusión de las TIC en la vida cotidiana de las mujeres como herramienta de cambio social y ampliación de su ciudadanía se ha vuelto prioritario en esta era digital que no ha llegado con la misma intensidad para todas. Las dificultades de acceso, capacitación y apropiación de las TIC por parte de mujeres de distintos orígenes socioeconómicos y distribución geográfica son motivo de preocupación cuando se comprende la magnitud del impacto que esto tiene en el ejercicio activo de sus derechos y en las posibilidades de participación en todas las esferas de la vida social, política y económica.



En tercer lugar, desde el lado de las políticas públicas se buscó visualizar la falta de políticas específicas que aborden las situaciones particulares de estos grupos. No hay acciones que tiendan a promover el uso de las TIC, no solo para incorporar estas herramientas en el ámbito productivo, sino también y menos aún pensar en el uso de las TIC para mejorar su capacidad de incidencia política y pública frente a otros colectivos en instancias de negociación y articulación. Esta situación provoca que diferentes grupos de mujeres de bajos recursos y con menores niveles educativos, como es el caso de las trabajadoras domésticas, queden segregadas del avance que las tecnologías en un país que ha avanzado significativamente en el acceso y uso en términos generales en los últimos años.



Este trabajo es asumido hoy por las organizaciones de mujeres y feministas sin el apoyo y coordinación en conjunto con el estado.



FF: ¿De qué manera el tema del informe se refiere a los derechos de las mujeres?



MG: Desde la perspectiva de los derechos, este grupo de mujeres insertas en el trabajo doméstico remunerado históricamente ha sido un sector con pocas garantías en sus derechos laborales y con serios problemas para la agremiación y organización colectiva. Las características del trabajo doméstico remunerado en hogares privados, torna sumamente difícil la interacción y la posibilidad de encuentro de las mujeres ocupadas en el sector por no compartir un ámbito físico en la producción.



El marco conceptual de la equidad de género en la sociedad de la información es, en muchos aspectos, aún nuevo. Las TIC no son neutrales al género condicionando factores como el grado de acceso, la intensidad y los tipos de uso o la adquisición de habilidades tecnológicas por parte de varones y mujeres. Su desarrollo ha generado impactos diferenciales que deben ser analizados en base a las desigualdades ya existentes.



En este sentido, el desafío está puesto en que las políticas a construirse apunten no solo a fortalecer el acceso de las mujeres – de diferentes regiones, edades y condiciones étnicas – a las tecnologías; sino que también estas deben alentar el desarrollo de capacidades y habilidades que permitan apropiarse de la tecnología y que sirvan para promover el empoderamiento económico, político y social de las mujeres y contribuir a consolidar la igualdad de género en la región.



El acceso y uso de las TIC debe ser considerado un derecho en nuestra época, en donde la expansión y avance de estas tecnologías resultan fundamentales para el desarrollo social, económico y cultural de nuestras sociedades.



FF: En el informe se dice que: “Históricamente, el trabajo doméstico remunerado ha sido un sector con pocas garantías en sus derechos laborales y con serios problemas para la agremiación y organización colectiva.” Esta iniciativa que involucró a la Unión de Trabajadoras Domésticas, ¿consiguió promover la mejora de su participación política y ciudadana a través del acceso y el uso de las TIC?



MG: Las TIC pueden amplificar, según el uso que se haga de las mismas, la participación y opinión de las mujeres estimulando su presencia en diferentes espacios, y también puede aumentar las capacidades de las mujeres para desempeñarse en diferentes espacios. Para que esto sea posible siempre es necesario promover procesos de formación y capacitación, principalmente para aquellas mujeres con menores recursos, que permitan visualizar el alcance de las tecnologías y sus posibles estrategias de uso y acción.



En este sentido, las TIC representan un reto en la medida en que son un espacio simbólico y político clave para el desarrollo y la justicia social. La participación activa de las mujeres en este espacio resulta fundamental para incorporar su mirada y su voz frente a nuevos procesos que se van construyendo.



Teniendo en cuenta esto, las políticas y acciones propuestas deben conocer cuáles son las situaciones de las mujeres en relación a los diferentes sectores en donde las TIC se han expandido. Contar con información – cuantitativa y cualitativa – actualizada permitirá plantear políticas y acciones que se ajusten a cada situación para revertir – o al menos trabajar para ello en el mediano y largo plazo – las desigualdades de género que ya pueden visualizarse.



El desafío esta puesto en que las políticas a construirse apunten no solo a fortalecer el acceso de las mujeres – de diferentes regiones, edades y condiciones étnicas- a las tecnologías; sino que también estas deben alentar el desarrollo de capacidades y habilidades que permitan apropiarse de la tecnología y que sirvan para promover el empoderamiento económico, político y social de las mujeres y contribuir a consolidar la igualdad de género en la región.



FF: Retomo la pregunta que planteas en el informe: ¿Por qué resulta difícil para las mujeres apropiarse de las TIC para usarlas como “herramientas tecno-políticas”1 para transformar las desigualdades?



MG: Por los mismos motivos por los cuales les es más difícil acceder a cargos de decisión, de incidencia política, de saber científico y/o de mejores remuneraciones y reconocimiento social. La brecha digital de género es una desigualdad que se suma a las ya existentes como una expresión más de las desigualdades de género. Esta interactúa con las relaciones económicas y de poder, con sistemas de creencias, prejuicios y estereotipos que también las reproducen y consolidan. Por lo tanto, iniciativas específicas para atacar este fenómeno son necesarias.



Lea el informe completo de Uruguay del Monitor mundial sobre la sociedad de la información 2013



Imagen: ilustración del Monitor mundial sobre la sociedad de la información 2013

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