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Una amiga me dijo una vez que internet abre muchas oportunidades para las mujeres, y por su naturaleza básica abierta, es un espacio igualitario en relacion al género. Asentí. Un asentimiento tímido porque tenía muchas preguntas en mi mente. Si fuese tan abierta, ¿por qué hay menos mujeres que hombres en línea? Si fuese igualitaria, ¿por qué se ataca más a las mujeres que se expresan en línea? Si fuese equitativa, ¿por qué hay más hombres que mujeres en las conversaciones sobre gobernanza de internet en cualquier lugar del mundo? Y muchos otros por qué.



En un encuentro internacional al que asistí, una periodista mujer contó que mantenía varias cuentas personales en línea (blogs y redes sociales) y que en algunas de ellas se hacía pasar por un escritor varón y en otras usaba su verdadera identidad. Dio testimonio de que su personaje masculino recibía menos ataques y más participación de lectores/as en comparación con su identidad verdadera. Aún cuando ambos decían cosas similares.



En 2014 y 2015 fui invitada al primer y segundo encuentro sobre Género, sexualidad e internet, llamados “Imagina una internet feminista”, en la soleada Malasia. Al primer encuentro asistieron 50 feministas de todo el mundo y el segundo fue un poco más reducido. En los encuentros se habló de internet: su política, su significado para las mujeres, la violencia contra las mujeres en línea y la naturaleza de los daños que las mujeres experimentan cada día. También se habló de qué clase de internet queremos. Los encuentros me dieron una mayor claridad acerca de por qué nunca estuve totalmente de acuerdo con la noción de que internet es igualitaria en relación al género, como decía mi amiga. Las abundantes experiencias de las participantes de los encuentros me brindaron una mirada más sólida acerca de internet y de su política.



La internet que tenemos hoy es una representación de la vida fuera de internet. Representa la marginación de algunos grupos de personas (mujeres, especialmente mujeres de color, personas con identidades de género y sexuales inconformistas, personas con capacidades diferentes y otros grupos minoritarios). Representa discriminación. Representa ideas y actitudes misóginas. Representa violencia. Representa cómo las mujeres están sub y mal representadas en la vida e incluso en los movimientos sociales y políticos en todo el mundo. Es una extensión de lo que enfrentan las mujeres en la vida real.



La primera reunión elaboró los 15 Principios feministas para internet, que pueden agruparse en temas de acceso, economía, expresión, consentimiento, autonomía y agencia, y movimientos y participación pública. El conjunto de principios es una extensión de nuestra continua lucha.



Ahora, dos años después del nacimiento de los Principios feministas para internet, GenderIT.org publica esta edición sobre cómo las feministas ponen estos principios en práctica en sus propios contextos y en relación a aquellos temas que las preocupan como son el acceso, los movimientos y la agencia de las mujeres en internet.



Como los Principios feministas constituyen un documento en evolución, necesitamos revisarlo constantemente para garantizar que permanezca relevante. De no ser así, no respondería a las nuevas circunstancias ni a nuestras necesidades.



En esta edición encontrarás artículos escritos por feministas de diferentes países que se refieren a los temas mencionados. Me gustaría invitarte a leer cada artículo de esta edición y a comprobar si las situaciones y trabajos de nuestras colegas feministas se relacionan de alguna manera con la situación en tu país. Si quieres respondernos y compartir tus propias experiencias serás bienvenida, porque sólo de esta manera podremos enriquecer nuestros esfuerzos conjuntos y fortalecer nuestra solidaridad.

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