La pregunta del título nos despierta una sonrisa cómplice. ¿Alguna vez lo hicimos? ¿O a su nueva pareja? ¿O googleamos al que acabamos de conocer y nos cayó tan bien? En la sesión interactiva sobre “Privacidad y placer” que se realizó en el marco del Foro de AWID 2012, fueron varias las participantes, de diversas edades, que levantaron la mano reconociendo que tanto Facebook como Google eran herramientas utilizadas no sólo para encontrarse con la gente amiga, sino también para vigilar y seguir la vida de la gente que nos interesa o que nos tendría que dejar de interesar, pero sigue ahí presente en algún rincón nuestro.


Más allá de las anécdotas sentimentales, el asunto debería preocuparnos. Porque así como nosotras podemos vigilar la vida de otros, otras personas también pueden vigilar la nuestra y las consecuencias pueden ser engorrosas, cuando no desagradables y hasta violentas. Una colega activa en los movimientos sociales de su país relató como fue perseguida por Twitter por una ex novia de su prometido, quien le enviaba mensajes agresivos y llegó a llamarla “feminista de cartón”. Jamás había tenido noticias de la existencia de esta mujer y los mensajes agresivos que llegaban a cualquier hora perturbaban su privacidad. Decidió bloquearla, pero todavía le queda la duda sobre qué estará twiteando esta ex de su novio acerca de ella en otras cuentas.


Podríamos contar decenas de historias similares, donde la privacidad deja de ser tal y en las que la vida privada de las personas queda expuesta de la peor manera. ¿Hacemos algo por evitarlo? ¿Sabemos qué medidas de seguridad debemos tomar en las redes sociales o no nos preocupa? Así como la tecnología de la información y la comunicación nos permite compartir con nuestras amistades y familia textos, audios, fotos y videos, y nuestra vida cotidiana, también su uso permite robo de identidad, creación de perfiles falsos, hackeo de cuentas, creación de sitios discriminatorios hacia las mujeres y con lenguaje de odio, vigilancia, acoso y también agresiones y amenazas a las activistas por los derechos de las mujeres.


En el debate durante la sesión interactiva, una de las panelistas preguntó a la audiencia: “¿quién deberia protegernos? ¿alguna regulación del gobierno, empresas como Facebook que dan los servicios, o nosotras mismas?” La respuesta no se dejó esperar, si bien es importante que tanto gobiernos como empresas ofrezcan regulaciones y servicios para que existan plataformas y herramientas seguras y sin filtraciones, son los propios usuarios y usuarias los que deben adoptar medidas para que sus comunicaciones sean seguras, si eso les preocupa. “No queremos que nadie proteja nuestra actividad en línea”, dijo una participante. “Queremos que se respeten nuestros derechos también en internet, eso es todo”.


La discusión también consideró las enormes ganancias que obtienen empresas como Facebook o Google utilizando un dominio público como es internet. ¡En realidad, sus medidas de seguridad tendrian que ser las mejores! Pero quizás no les interese, porque claro, ¡ellas ganan plata también cuando espiamos a nuestra ex-pareja!

Responses to this post

El tema de la seguridad llega irrumpe. Analizamos los derechos, los conceptos, aprendemos tecnologías. Y seguimos desconectadas sin revisar nuestras interacciones.

CONSTRUIR UNA CULTURA EMANCIPATORIA EN NUESTRA RELACIÓN TECNOLOGICA, PASA POR CONOCER, ENTENDER, CAMBIAR….
El ejemplo del articulo me gusta, porque nos sorprende in fraganti. Y nos lleva a pensar en nuestros propios comportamientos, responsabilidades, eticas de relacionamiento, la necesidad de decir y decidir al interior de nuestras organizaciones como tratar la correspondencia y la comunicación por Internet.

Violaciones a los derechos en Internet, no es solo “una causa”, o una acción, nos involucra eticamente. Y ese cambio para mi es el más difícil. Es decir construir una actitud emancipatoria de la relación de las mujeres con las Tics, pasa por aprender a construirla, y es un cambio cultural muy grande, más allá de las experticias que aprendemos.

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