Tener dispositivos digitales, acceder a internet, conocer y apropiarse de las nuevas plataformas, crear aplicaciones e innovar en software son algunas de las habilidades necesarias para que las mujeres se beneficien del desarrollo tecnológico, afirmó Patricia Peña, coordinadora del Diplomado de Comunicación Digital de la Universidad de Chile.



Aunque lo ideal es que todas las mujeres, jóvenes y adultas, rurales y urbanas, con recursos económicos y sin ellos, tuvieran acceso a internet y a las nuevas tecnologías, la realidad –dijo en entrevista con esta agencia la también integrante de la Fundación Girls in Tech Chile– es que todavía hay quienes no están familiarizadas con estos temas, por lo que ellas son parte de la brecha digital.



Esta es una de las razones por las cuales su organización, con presencia en varios países, trabaja para que haya más mujeres estudiando, creando y emprendiendo tecnología, temas que llevó a la Reunión Preparatoria para el Foro de gobernanza en internet, que se realizó este 3 y 4 de agosto en esta ciudad.



Asimismo el debate seguirá presente en la Quinta Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información de América Latina (AL) y el Caribe, que se realiza del 5 al 7 de agosto también en la capital del país, con auspicio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).



Reflejo de desigualdad



– Anayeli García Martínez (AGM): ¿Qué es la brecha digital?



– Patricia Peña (PP): Es un concepto que busca reflejar las diferencias que hay en el acceso, el uso y la apropiación que tienen nuestras poblaciones en relación al mundo digital, que muchas veces se tiende a reducir a internet, pero es acerca de todas las tecnologías de información y comunicación, una de ella es internet, otra es el teléfono móvil.



“Brecha digital es un concepto que se comienza a trabajar sobre todo en el mundo académico para hacer cabeza de ese espacio de no participación, de acceso no igualitario, pero que va más allá del sólo acceder a la infraestructura, es decir que yo tenga un computador conectado a mi casa, o que tenga un teléfono móvil con señal 3G.



“Tiene mucho que ver con desde dónde tú (una persona común y corriente, vivas en la ciudad o en el campo, tengas o no más o menos educación) puedas acceder a internet y a las tecnologías de manera continua, y con una conectividad de calidad.



“La calidad muchas veces es otro tema no menor; muchas veces las personas se pueden conectar a internet, pero la calidad de la señal es muy mala, la banda ancha es muy lenta, no logramos hacer nada; eso genera toda una frustración, entonces a ese fenómeno se le pone el nombre de brecha digital”.



Ventajas de internet



Datos de la Cepal indican que en AL las mujeres igualan a los hombres en el acceso a computadoras y a la conexión de internet, pero en México, por ejemplo, sólo 27 por ciento de las mujeres accede desde el hogar, el trabajo, escuelas y centros comunitarios, mientras que 30 por ciento de los hombres sí puede hacerlo.



Al respecto, la académica Patricia Peña explicó que hay muchas brechas: la primera es de acceso, después siguen otras porque no todas las personas que acceden lo hacen con la misma frecuencia, mismo costo o misma facilidad.



AGM: Mencionas dos herramientas básicas: el teléfono móvil y la computadora. ¿Qué tan importantes son?



– PP: Hay que entender que estamos en un momento de la historia de internet muy interesante, porque internet es una plataforma, es una red que se crea con la idea de que sobre ella se construya contenido, conocimiento y acceso a recursos de distinto tipo.



“La historia de internet es la historia de la humanidad, de cómo nosotros nos hemos ido apropiando. Es un lugar donde convive una universidad, un medio de comunicación, gobiernos, bancos, ONG (Organizaciones No Gubernamentales); en el fondo es como haber subido cada aspecto de la sociedad a internet.



“Internet es la plataforma y el tema hoy en día es por dónde nosotros podemos acceder a esa plataforma. Por mucho tiempo el acceso era un computador, un gran aparato, con una pantalla grande; después llegaron las tabletas, los iPad, los teléfonos móviles, y esos son espacios desde donde también podemos llegar a conectarnos”.



Costos del acceso



La académica apuntó que para cerrar la brecha de acceso en AL se tomaron dos caminos: hubo gobiernos que crearon los centros de acceso comunitario a internet, los telecentros o infocentros gratuitos, para dar la posibilidad de acceder a muchas personas, y los lugares donde abrieron los cibercentros o cibercafés, donde las personas debían pagar para navegar en la red.



Así sucedió hasta el arribo del teléfono celular como principal herramienta de comunicación que cambió el escenario.



Al respecto, Peña acotó: “Lo que ocurre sobre todo en los últimos cinco años en AL es la llegada del teléfono móvil que abarata mucho el costo para comunicarte. Hay unos datos de Cepal que indican que más o menos hay un celular y medio, casi dos celulares, por habitante.



“La tecnología más revolucionaria es el teléfono móvil; eso hizo que muchos países dijeran que lo importante es ahora que la gente pueda acceder a internet desde el teléfono móvil.



“A ello hay una tercera etapa que se llama ‘internet de las cosas’, que ya es casi como el futuro, pero que en realidad está a la vuelta de la esquina, y es que las posibilidades de conectarse a internet van a estar dadas por el refrigerador de tu casa, por tu auto o por cualquier dispositivo que esté en tu vida cotidiana, como una Smart TV (televisión inteligente con acceso a la web).



“Eso es una nueva manera de acceder que ya no solamente está condicionada a tener una computadora, es bien importante tener esa lectura porque cuando compras un teléfono celular el gran punto es si será el celular prepago o celular de plan –de banda ancha móvil y ‘full multimedia’–, porque también van a ser distintas las maneras de poder conectar.



“Finalmente las personas que tienen prepago o que no tienen la posibilidad de tener internet de manera continua, en su celular van a depender de la Wi-Fi pública (red inalámbrica), que es condicionar las maneras de entrar a conectar porque los planes a internet son caros, no todo mundo puede pagarlo”.



AGM: Cuando se habla de brecha digital se piensa en la necesidad de más personas conectadas, pero también dices que va más allá de tener un dispositivo. ¿Cómo es eso?



– PP: La idea de que internet era accesible para todos implicaba una pregunta muy interesante, sobre todo en el mundo de los estudios de género. ¿Si eso iba a ocurrir de igual manera con mujeres y hombres? Recordemos que además en general la relación entre las mujeres y la tecnología es complicada, es una cuestión sociocultural.



“En algún momento de la historia a las mujeres nos condicionaron que el mundo tecnológico no era para nosotras. Es bien cómico porque cuando uno ve para atrás la historia, por ejemplo, las científicas datan de la época de Roma; ya Hypatia fue una de las desarrolladoras de una teoría que explicaba cómo se mueve el sistema solar. ¿En qué momento viene esa desconexión del mundo de la tecnología y las mujeres?



“Hay muchas historiadoras hoy en día que están mostrando que en muchos desarrollos tecnológicos hubo participación de mujeres, también hay una historia oculta que cada país pueda revelar.



“Pero regresando a tu pregunta, cuando se hacen las primeras investigaciones en AL se empieza a ver que internet genera una brecha digital de género, es decir que mujeres y hombres no están accediendo de manera igual a internet, a las posibilidades de conectarse; eso ya llama la atención”.



Tema social



A decir de Patricia Peña, una de las dificultades para que las mujeres estén en el mundo tecnológico es que no estudian carreras afines, y como consecuencia son muy pocas las desarrolladoras de códigos y aplicaciones, y también casi no hay mujeres en la industria de telecomunicaciones y tecnología.



“Hay una cantidad –observó la académica– de trabajo que seguir haciendo y por eso nos debería interesar a todas. A una persona en su vida cotidiana porque la red tienen mucho que ver con acceso a información, a conocimiento, a posibilidades de tener un mejor trabajo, mejor acceso a recursos públicos, a facilitar cosas que tienen que ver con la vida cotidiana.



“Por ejemplo, en una investigación en Chile sobre el uso que mujeres de barrios vulnerables le dan a internet, llamó la atención que cada vez que les preguntábamos por qué usaban internet la respuesta era para ayudar a hacer la tarea a los hijos, pero no porque les gustara, o para aprender, para buscar información”.



AGM: En los países de la región los gobiernos han implementado políticas para cerrar las brechas. ¿Consideras que toman en cuenta a las mujeres?



– PP: De partida vamos a decir que las políticas publicadas, de acuerdo con algunas investigaciones, no están mostrando que no hay una perspectiva de género digital. Se mira como al desafío de cerrar esta brecha desde una perspectiva bien amplia.



“(Los gobiernos dicen) yo no me fijo si para cerrar la brecha estoy trabajando con mujeres u hombres, si son del campo o de la ciudad, si son mayores o más jóvenes. Hay varias cosas que no están tan resueltas aunque parezcan obvias”.



AGM: ¿La brecha digital aún es un tema global?



– PP: En muchos países se dice que la brecha ya no es un tema; ahora nos tenemos que preocupar, por ejemplo, de la economía digital, de la industria, etcétera, entonces pasa, es menos prioritario. Hay que tener cuidado.



“En la mayoría de las estadísticas cuando se menciona la brecha se considera el porcentaje de la población con un medio para conectarse a internet, razón por la cual entre más personas tengan estos dispositivos, se cree que la brecha se va cerrando.



“Otro tema es que en general en AL – abundó la especialista – las políticas han sido modelos de mercado, definidos por la oferta y la demanda. Por ejemplo en los servicios de telecomunicaciones, un plan de acceso a internet en Chile puede costar 80 dólares (mil 308 pesos mexicanos), y en Centroamérica 30 dólares (490 pesos mexicanos). Y las agendas digitales tampoco tienen perspectiva de género”.



En conclusión, la también activista advirtió que hoy es necesario señalar que internet es un derecho, un bien público, y desde ahí trabajar para que deje de ser una plataforma que beneficia a algunas personas y no a todas, porque al final resulta ser un espacio de desarrollo.



Fuente original: Cimac Noticias



Foto: César Martínez López

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