Este artículo es parte de una serie de columnas que publicaremos en GenderIT.org. Cuatro columnistas escribirán en los próximos meses, 2 lo harán para la publicación en inglés y 2 para castellano. Se referirán a temas y asuntos sobre los que queremos aprender y reflexionar más. Angélica Contreras (México) escribirá sobre las mujeres jóvenes y sus vidas inmersas en la tecnología y Evelin Heidel (Argentina) compartirá sus experiencias en temas de género y tecnología, ambas en castellano. En inglés, Nadika Nadja (India) explorará las experiencias de escribir y crear contenidos en línea para sí y para otras personas trans y Sonia Randhawa (Malasia) escribirá sobre los vínculos entre el cambio climático y la justicia de género.

Cuando en el año 2011 una investigación de GroupLens puso el ojo sobre el desbalance de género en la Wikipedia, los medios del mundo estallaron en una seguidilla de artículos sobre la notoria ausencia de mujeres en la mayor enciclopedia virtual de la humanidad. La Fundación Wikimedia puso en marcha en aquel entonces un ambicioso plan (sin demasiados detalles) para tratar de incorporar más mujeres y, sobre todo, aparecieron grupos de usuarias que tomaron el trabajo de traer más mujeres como su causa principal. Uno de esos grupos es Wikimujeres en su versión en español y Wikiwomen a nivel global.

Sin embargo, a pesar de todos los ríos de tinta que se escribieron sobre el desbalance de género en Wikipedia, poco o nada se dijo sobre el resto de los movimientos de software libre, cultura libre y contenido abierto. ¿Cómo está el balance de género en movimientos tan arraigados e instalados como el movimiento de software libre, los grupos de usuarios de Mozilla o las comunidades de cultura libre? Y, sobre todo, ¿cómo están las organizaciones que sustentan en parte a esos movimientos?

Por ejemplo, una rápida mirada sobre la Free Software Foundation permite ver que solo 4 de los 19 miembros que componen el staff y el directorio son mujeres (es decir, alrededor del 20%). Los números de la Fundación Mozilla son un poco mejores: 38% de su directorio está compuesto por mujeres. Sin embargo, en la práctica la mayor parte de los representantes de Mozilla en distintas partes del mundo siguen siendo mayoría de hombres, y esta situación pareciera que va a mantenerse por un buen tiempo. En Creative Commons, otra de las organizaciones señeras para el movimiento de cultura libre, el directorio está compuesto por un 33% de mujeres y el equipo por un 50% de mujeres.

En la práctica, uno de los primeros ejercicios para resolver la falta de diversidad consiste en que los varones se percaten de su privilegio de varones

Aunque la diversidad del directorio y del staff no refleja directamente la diversidad del movimiento, sin dudas ayuda para acercarse a alguna aproximación sobre la seriedad con la que el problema está siendo abordado por los referentes de estos proyectos.

¿El desbalance de género es responsabilidad de las mujeres?

No se trata de echar culpas; hay un nivel más profundo de la discusión sobre género, vinculado directamente con la forma en que se concibe esta problemática en movimientos y ambientes que no la habían considerado previamente. Cuando se trata de la falta de diversidad en los movimientos, vuelven a recaer los ojos sobre las mujeres: los problemas de género son responsabilidad de las mujeres. Nosotras somos las que debemos encargarnos de resolver las inequidades, trayendo más mujeres al movimiento, de forma tal que les permitamos a los hombres la posibilidad de ser más diversos. ¿No? No.

En la práctica, uno de los primeros ejercicios para resolver la falta de diversidad consiste en que los varones se percaten de su privilegio de varones. Por supuesto, no hay nada más difícil que reconocer un privilegio para inmediatamente afirmar que es necesario abandonarlo, y muchas veces hay dificultades para entender exactamente en qué consiste ese abandono. ¿Se trata simplemente de utilizar un lenguaje más inclusivo, sin reformar ninguna de las conductas? ¿No hacer chistes sobre mujeres en una mesa?

Aunque estas prácticas ayudan, lo cierto es que hay otros pasos que se pueden tomar para traer más mujeres al movimiento que, aunque sutiles, contribuyen enormemente a visibilizar las problemáticas de género.

El primer punto es que abandonar los privilegios de género no es una mera posición declamativa, sino que requiere acciones positivas que modifiquen la situación. Esto implica en concreto que los hombres del movimiento deben tomar la decisión deliberada de incorporar, reclutar o contratar más mujeres. Y en muchos casos esto requiere más que simplemente publicar un anuncio del tipo “buscamos mujeres” o “preferimos candidatas mujeres”, sino que a veces implica que es necesario ir a buscarlas a los espacios propios que estas mujeres ya tienen para invitarlas a ser parte del movimiento y de sus actividades.

Desde entonces, me prometí que no iba a dar más charlas en paneles donde sólo hubiera hombres

En general, es frecuente que los hombres no se percaten de la diferencia de géneros en una sala, en una mesa o incluso en una habitación entera. Sin embargo, cuando sólo hay hombres en un panel la diferencia es notoria. Para esta nota, consultamos especialmente a Ryan Merkley, CEO de Creative Commons, quien nos cuenta su experiencia: “en la última cumbre de CC, en Corea del Sur, me di cuenta de que había participado en un panel donde sólo había hombres. Al final del panel sentí que algo había faltado. Desde entonces, me prometí que no iba a dar más charlas en paneles donde sólo hubiera hombres. Los organizadores de eventos me dicen: “eso debe ser muy difícil”, y yo les contesto que para mí no es difícil. Ellos son los que tienen que buscar una mujer para que esté sentada en el panel. Y si no hay ninguna mujer en la mesa, simplemente no doy la charla.”

Cuestiones a la hora de ofrecer empleo técnico calificado

Otro de los aspectos críticos se refiere al reclutamiento o la contratación de mujeres, un aspecto particularmente difícil en el mundo del software y más aún en el mundo del software libre. El mundo del software libre, el “mito de la meritocracia” deja afuera a una parte importante de la comunidad que no puede contribuir a este tipo de proyectos por factores que exceden la capacidad. Taylor Barnett, miembro de KeenIo, dio una charla en la Open Conference de Londres este año donde analizó los privilegios de la comunidades open source.

El privilegio de estas comunidades añade una capa de complejidad para reclutar o contratar mujeres. El desafío que enfrentan estas comunidades es el de simplificar sus reglas y bajar sus barreras de acceso (que, no casualmente, es el mismo desafío que enfrenta Wikipedia). Algunos de estos aspectos pueden ser fácilmente explicados por la misma comunidad en una charla introductoria, y no hacen a la capacidad de la persona para ser parte del movimiento u ocupar una determinada posición.

El privilegio de estas comunidades añade una capa de complejidad para reclutar o contratar mujeres.

Merkley nos cuenta su experiencia a este respecto: “Este año contraté tres posiciones, donde esperaba que todas fueran mujeres. En comunicaciones y en administración fue fácil, tuve muchas candidatas y contratamos dos mujeres fantásticas. Pero en desarrollo fue muy difícil. Hice dos rondas y no obtuve suficientes candidatas calificadas. Realmente fracasé la primera vez. Tenía escrita la descripción del trabajo y lo compartí con otros colegas con experiencia en contratar comunidades diversas, y una de las primeras cosas que me dijeron es que tenía que simplificar esa lista. Las mujeres tienen tendencia a mirar la lista de requirimientos y si ven que les falta alguno de esos requerimientos, no aplican para la posición. Los hombres, quizás no sorprendentemente, cuando ven que les falta alguno, aplican de todas formas. Y entonces el resultado es que uno tiene que combatir eso escribiendo una descripción del trabajo que solamente requiera las condiciones que tenés que tener de manera indispensable. Cuando reescribí la aplicación, me fue mucho mejor, no conseguí a la persona que buscaba pero al menos tuve muchas más candidatas”.

Valorando la diversidad

Son muchas las acciones que pueden tomarse para incorporar más mujeres al movimiento. Quizás la pregunta fundamental es: ¿por qué hacerlo? Una respuesta simple es que las mujeres constituyen más del 50% de la población mundial, por lo que si nuestro movimiento ni siquiera refleja este hecho, estamos en problemas. Pero la respuesta principal es que hay un valor propio y específico en la diversidad que, si nuestros movimientos fallan en verlo, seguirán acercándose a los ya convencidos o a los predispuestos a informarse acerca de la comunidad. Y esto, a la larga, repercute sobre la capacidad de cualquier movimiento de crecer.

Responses to this post

José Miguel dándose cuenta de sus privilegios y sigue el camino del macho común, NO HACER NADA AL RESPECTO. FELICIDADES!

Son actitudes como las de Jose Miguel las que hacen que las mujeres no se acerquen al software libre, para no perder tiempo en discutir este tipo de sanatas…

Voy a decir algo que aunque no demuestra nada, puede ser un dato interesante.

Tengo un blog de software libre y me muevo en ese campo, pues bien, no veo implicación femenina en el tema, son una verdadera minoría. Ignoro el motivo, pues nada les impide abrir un blog y participar.

Mi conclusión, hay temas en los que no se implican como el hombre. Si de cada 100 hombres en un tema dado, solo se implican 30 féminas, no es extraño que sucedan esos “desajustes”.

Saludos.

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