Megáfono utilizado en una protesta

Hoy Twitter e Instagram atraen a una gran cantidad de personas al debate público, y aunque la red del pajarito tiene números mucho más bajos en comparación con otras, es la que sin duda genera temas en agenda -como sucedió hace unos casi dos años con la problemática del aborto en Argentina- y repercute en los medios de comunicación, generando así nuevos referentes. El modelo de engagement de Twitter y otras redes nos está transformando en una audiencia pendiente. Los algoritmos empujan los debates más intensos y les dan mayor visibilidad y alcance.

Hablamos con Danila Suárez Tomé, filósofa y docente argentina, sobre los distintos debates que se dan en el mundo virtual y el impacto de determinados temas que llegan a los medios, cómo se tratan y de que manera afectan a la militancia feminista.

Un ejemplo de estos debates se dio recientemente entre la actriz argentina Luisana Lopilato, sus seguidores y los medios cuando un grupo de sus fans interpretó actos de su esposo, Michael Bublé, como muestras de violencia de género hacia la actriz: la desautorizaba, maltrataba y dejaba en ridículo frente a miles de seguidores, que veían sus vivos de pareja en los que hacían recetas de cocina, jugaban distintos juegos de cuarentena… Pero cuando Bublé se vio en jaque, inmediatamente los vivos frenaron y la actriz salió públicamente a defender a su marido, diciendo que había recibido amenazas de muerte y mensajes de odio. “Casos como éste o el de Jimena Barón, por ejemplo, no nos sirven para generar un marco de discusión o debate. Hablar sobre quién salió con tal o lo que dijo alguna famosa no da lugar a espacios sanos de discusión, eso es otra cosa”.

Algunas feministas están utilizando este tipo de casos, donde figuras mediáticas tienen repercusión en las redes, para marcar una diferencia y generar espacios de debate, de militancia e intercambio. Y si bien es cierto que muchas veces se generan roces bastante ásperos entre distintas referentes, no podemos negar que en medio de la pandemia han logrado encontrar formas de estar presentes y construir debate feminista sin salir a las calles e involucrando a la gente desde nuestras casas.

Algunas feministas están utilizando este tipo de casos donde figuras mediáticas tienen repercusión en las redes, para marcar una diferencia y generar espacios de debate, de militancia e intercambio.

También podemos hablar de Luciana Péker (activista feminista y escritora argentina) quien constantemente hace vivos con pensadores, sociólogos y compañeras de militancia en los que juntos analizan distintos aspectos de la sociedad. Ofelia Fernández (feminista, y la legisladora más joven de Argentina) desde su lugar también informa y denuncia los casos de violencia y los femicidios, por lo cual recibe a diario miles de comentarios absolutamente agresivos, incluyendo amenazas de muerte.

Entre este grupo de feministas que influyen en el debate de las redes está Florencia Freijo. En 2019, a partir de un tweet de Jimena Barón (actriz y cantautora argentina) sobre el padre de su hijo, se hizo popular el hashtag #YoCrioSola, que obtuvo millones de retweets y fue trending topic por más de una semana. Así llegó a los medios, en donde Florencia contaba y compartía la realidad de muchas madres solteras de Argentina. Hoy en día Florencia redobló la apuesta, fundando lo que ella denomina “La escuelita feminista”, un espacio en su canal de YouTube con clases de feminismo puro y duro, biblbliografía de su biblioteca personal, encuentros con algunas autoras, pero sobre todo la idea de generar un espacio académico sobre feminismo en esta pandemia. La clases son abiertas y si bien se dan en vivo, los videos pueden verse en su canal de manera siempre gratuita.

Complementando a la escuela feminista, Florencia también realiza vivos en su Instagram con distintas mujeres que se destacan en lo académico y social: desde sociólogas hasta referentes de las comunidades rurales y sus movimientos. La idea de Flor es aportar todas las voces posibles aprovechando esta nueva modalidad en donde todos pueden ser escuchados y estamos abiertos a cosas nuevas.

También hablamos con Danila sobre la violencia dentro del debate feminista. En el debate entre abolicionismo y reformismo, por ejemplo, la activista Malena Pichot comienza a llamar a las abolicionistas ‘abolos’ y muchas veces lanza ataques sistemáticamente a personas con la que no está de acuerdo para generar polémica y no debate. ¿El camino sería entonces la militancia sin discusiones y sin violencia? ¿Qué pasa cuando las militantes comienzan a agredirse unas a otras? “Yo creo que la violencia en la discusión es necesaria, no la agresión pero sí la violencia, porque no me creo el rol de alguien que discute siendo siempre correcto, o simplemente no es mi estilo”, explica Danila.

“También hay que entender que hablamos de referentes, pero el movimiento feminista no tiene referentes, es independiente, y si están estas influences que tienen seguidoras y generan sus espacios, esto no las hacen referentes, sino que son eso, influencers”, mientras que las referentes son quienes buscan generar espacios sanos de debate y militancia en el feminismo. “Cuando hablamos de temas como #YoCriosola #YoTeCreoHermana ya nos referimos a campañas que afectan a muchas mujeres de la sociedad y refieren a otro tipo de debate, más enriquecedor, y que llega a la agenda mediática para aportar a la militancia distintas historias de vida”.

También hay que entender que hablamos de referentes, pero el movimiento feminista no tiene referentes, es independiente, y si están estas influences que tienen seguidoras y generan sus espacios, esto no las hace referentes, sino que son eso, influencers.

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