Luego de cuatro años de trabajo como defensora de derechos sexuales y reproductivos, Lorena M. ya tenía buena experiencia del tipo de agresiones que podía llegar a soportar y enfrentar en reuniones y actos públicos. El debate fuerte con las organizaciones pro-vida y con fundamentalistas religiosos era esperable, incluso cuando algún integrante de estas organizaciones se cruzaba con ella en la calle. Pero nunca pensó que su vida se complicaría peligrosamente cuando manos anónimas hackearon el sitio web de la red de defensoras y comenzaron a llegarle insultos y amenazas de todo tipo a su casilla de correo electrónico y por las cuentas en las redes sociales, creando un ambiente de acoso y hostigamiento en su entorno que la llenó de temor e inseguridad.



Lo ocurrido a Lorena M. ha comenzado a ser moneda corriente para muchas activistas en cuestiones sociales y políticas. Pareciera ser que para estas mujeres tener voz y acciones independientes, de compromiso con temas sensibles o controvertidos, o también de especialización en temáticas y ámbitos que no suelen ser los considerados “propios de mujeres” significa dar pie al ataque despiadado de trolls, que organizados o no, irrumpen en el ciberespacio para denostar, menospreciar y agredir. Estas acciones crean un clima de hostilidad que pretende ahogar la militancia en línea de las mujeres y cercenar su trabajo también en los espacios físicos, impidiendo el acceso a la información y el trabajo en red, como también amenazando el libre desenvolvimiento de las activistas.



Después de que el sitio web de la Red de Salud de las Mujeres de América Latina y el Caribe fuera hackeado e inhabilitado y el sitio en Facebook suprimido en dos oportunidades unos días antes de celebrarse el 28 de septiembre (Día de la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe); la coalición mundial WHRD – que agrupa a las defensoras de derechos de las mujeres – dio a conocer una declaración en la que asegura que “este ataque digital es un intento deliberado de silenciar voces feministas legítimas, suprimir el disentimiento y frenar estigmatizando y con sabotaje la participación política de las mujeres en los espacios públicos”.



En los estudios preliminares realizados por el Programa de derechos de las mujeres de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC) sobre violencia contra las mujeres en los espacios digitales, surgen datos preocupantes sobre las agresiones más comunes que tienen a las mujeres como blanco predilecto y que amenazan el ejercicio de derechos como la libertad de expresión y de asociación en internet, además del acceso libre a la información y la posibilidad de compartir dicha información en sus espacios de militancia.



En una encuesta realizada por APC en 2013 entre activistas de derechos sexuales, 99% de las personas que respondieron reconocieron que internet es una herramienta crucial para el avance de su trabajo por los derechos humanos. No obstante, 51% reconoció haber recibido amenazas en línea debido a su activismo. Un tercio mencionó intimidación (34%), otro número similar dijo haber sufrido bloqueos y filtrados de sitios y mensajes (33%) y un porcentaje apenas menor (29%) mencionó haber sido censurados. Debido a esto, 27% de las personas consultadas admitió haber discontinuado la labor que realizaban en línea.



La situación se agrava ante la falta de respuesta de las autoridades cuando una mujer se decide a denunciar la violencia en línea o cuando las plataformas de las redes sociales, los proveedores de internet o de telefonía móvil hacen oídos sordos o tardan en responder a los reclamos. Hace pocos días atrás, el director general de Twitter, Dick Costolo, decidió enfrentar la situación y reconocer su responsabilidad ante la falta de respuesta a las numerosas denuncias contra los ataques de trolls que abundan en esta red social. Consideró en su intervención que esta actividad agresiva contra los usuarios los ahuyenta de la red. Twitter estará lanzando próximamente un conjunto de herramientas para que los usuarios combatan el abuso y el hostigamiento, facilitando también la denuncia en línea.



La violencia amordaza: #Alzatuvoz



Como parte de la tarea de prevención de la violencia contra las mujeres en los espacios digitales, la campaña ¡Dominemos la tecnología!, creada y desarrollada por APC desde 2006, decidió centrar la actividad del año último en hacer visible y generar el debate en torno a la manera en que la libertad de expresión se ve limitada por los ataques en línea.



“La violencia amordaza” fue el lema elegido e incluyó acciones solidarias con blogueras y periodistas de todo el mundo cuyas voces y escritos son silenciados y censurados, en mayor medida cuando desafían las normas de género, denuncian el sexismo, se oponen a la explotación del cuerpo de las mujeres y contribuyen con su análisis político a impulsar una perspectiva feminista de la realidad y de las situaciones de opresión que discriminan a las mujeres y les impiden desarrollarse como ciudadanas plenas.



Con la consigna de documentar, crear lazos solidarios y resistir de manera creativa a la violencia pusimos en acción una campaña para debatir los derechos de las mujeres a vivir una vida sin violencia y de manifestar sus ideas en el espacio público, centrándonos en éstas consignas como derechos fundamentales. Mujeres de diferentes edades y actividades, comunicadoras, activistas de organizaciones sociales, estudiantes de escuela y participantes espontáneas enviaron sus mensajes, compartieron las acciones de sus colectivos y opinar acerca de la importancia del derecho a la libertad de expresión en la vida diaria de acuerdo a diferentes formas de vida y elecciones personales.



La campaña de activismo de 16 días que terminó hace pocos meses (el 10 de diciembre de 2014) constituyó también un excelente ejercicio de intercambio en línea y fuera de línea. Recibimos colaboraciones en forma de textos, tuits, videos y audios que dieron cuenta de cómo podemos crear entorno habilitador que impulse la expresión, creatividad e intercambio de información de mujeres y niñas.



Estas actividades de campaña se enlaza con nuestra perspectiva de considerar que es fundamental que los estados, empresas y sociedad civil den prioridad al acceso a la información, la libertad de expresión y de asociación en internet para una plena participación de mujeres y niñas en los beneficios sociales, culturales y económicos de la sociedad de la información. En el mismo sentido, avanzamos un escalón, y solicitamos además que se propicie la participación de mujeres y jóvenes niñas en la toma de decisiones en torno al desarrollo y apropiación de las TIC, incluyendo la gobernanza de internet.



Para esto nuestro trabajo en la incorporación de la vivencia cotidiana con las tecnologías como vías accesibles para compartir lo que pensamos pero también para debatir y participar en la toma de decisión de políticas públicas que afiancen nuestros derechos a la comunicación en el sentido más amplio. Esto significa facilitar y alentar el empoderamiento y la agencia de las mujeres a través del acceso a la información, la creación de contenidos y el intercambio de opiniones en línea. Para que todas las mujeres participen sin riesgos de un debate político en el que se dirimen derechos digitales, reales, de acceso a una mayor igualdad de oportunidades, y en el que la comunicación es una pauta central de la agenda.



Creemos que desde el fortalecimiento de los derechos a la comunicación y el acceso amplio a las TIC se visibilizan los derechos de las mujeres. Desde allí impulsamos cambios efectivos en las relaciones de género.

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