El 23 de febrero estamos frente a un paro inusual: las mujeres que trabajan en las empresas de tecnología de información y comunicación decidieron decir basta a la discriminación salarial y laboral, al menosprecio de sus capacidades en el mundo de la alta tecnología, al acoso laboral y sexual que muchas de ellas soportan en un ambiente que pretende regirse por reglas de poder masculino. A ellas han decidido unirse decenas de organizaciones de mujeres activistas en el campo de las TIC, creadoras, hackers, defensoras de derechos en internet, feministas y disidentes de género que encuentran en los espacios digitales un ámbito fundamental para avanzar en propuestas liberadoras y expresarse sin censuras.

Las mujeres en la industria y el empleo de las TIC han decidido “denegar sus servicios” ese día, en un inteligente e ingenioso uso de la expresión DDOS, que implica un ataque a los servicios de internet para saturar sus posibilidades de seguir operando. Denominar así a esta acción no es ingenuo, sino que destaca la importancia del trabajo que realizan las mujeres en todos los niveles de los servicios, creación y producción de TIC y avances en internet. Sin su trabajo, la operatividad del sistema se vería afectada.

Es singular que las mujeres decidan realizar sus reclamos a viva voz, en un mundo laboral muy especializado, en el cual la participación de las mujeres es minoritaria. Para el movimiento de mujeres, no obstante, resulta relevante porque la economía de la sociedad de la información, que se genera y crece en influencia y ganancias en los espacios digitales, es sin duda la esfera de la economía que se posiciona como de mayor desarrollo, innovación e inversión tanto en la actualidad como en el futuro. Que las mujeres queden fuera de estos progresos laborales y económicos, de un sector de altas remuneraciones, y alejadas de participar en el desarrollo de los servicios, instrumentos, programas y aplicaciones, entre otros, que crecen en el mismo es inaceptable.

El reclamo destaca la importancia del trabajo que realizan las mujeres en todos los niveles de los servicios, creación y producción de TIC y avances en internet.

¿Hay otras cuestiones en juego que profundizan el reclamo?

Pero hay otras cuestiones más preocupantes, como las que señala Anita Gurumurthy en un artículo publicado en este mismo portal sobre el nuevo contrato social global que precisamos las mujeres, que tome en cuenta también la participación en la economía digital en sus distintos estratos de conformación.

Porque no se trata sólo de pensar en las mujeres en carreras técnicas que son desconsideradas en la industria de las TIC, sino también en aquellas que trabajan en las líneas de ensamblado de productos TIC, principalmente de los teléfonos celulares y tabletas, como en la producción de semiconductores y otros dispositivos electrónicos utilizados en la industria. Una mayoría de estas trabajadoras lo hace en países del Sur, africanas, asiáticas o indígenas americanas y sus condiciones de trabajo son más parecidas a las de una maquila que a una sofisticada sala de cómputos en un gran centro industrial. Ni hablar de sus remuneraciones.

Cuando los discursos de funcionarios de gobiernos y organismos internacionales enfatizan su precupación por la brecha digital de género sería justo que también consideraran estos otros aspectos que involucran las brechas de género harto conocidas por las mujeres, que encierran discriminación y menosprecio. Enoja leeer informes donde se señala que las mujeres tenemos “dedos diestros” para ser más eficientes y rápidas en las líneas de ensamblado de productos TIC. Esperamos no toparnos en un futuro con informes que digan que si ocupamos un lugar en la economía de la producción de alta tecnología es porque tenemos “mentes diestras” para programar, crear aplicaciones o videojuegos, o diseñar dispositivos electrónicos eficaces.

Una mayoría de estas trabajadoras lo hace en países del Sur, africanas, asiáticas o indígenas americanas y sus condiciones de trabajo son más parecidas a las de una maquila

Lo importante en este momento es que debido al nivel de lucha alcanzado por el movimiento de mujeres en este siglo XXI, no estamos dispuestas a quedarnos ancladas a la espera de que en algún momento nuestra inserción en la economía digital deje de ser minoritaria o siga siendo explotada en maquilas tecnológicas del Sur.

Si nos guiamos por un reciente informe de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT)1, se estima que hay 250 millones menos de mujeres que hombres que acceden y usan internet en el mundo. En los países de ingresos bajos y medios, 200 millones menos de mujeres que hombres tienen celular propio. Las demandas por políticas laborales que den respuestas a esta situación de inequidad en el mundo digital son determinantes y deberían ser respondidas en el corto plazo.

Reclamar por los problemas y situaciones de injusticia que las mujeres viven en la producción de TIC, incluyendo el hardware, es fundamental en un momento en el que mujeres de distintas extracciones operarias, técnicas y profesionales están entrando al mundo laboral y a la economía de la sociedad de la información.

Las demandas por políticas laborales que den respuestas a esta situación de inequidad en el mundo digital son determinantes y deberían ser respondidas en el corto plazo.

Además de las operarias técnicas, ingenieras, licenciadas en sistemas, matemáticas y científicas cuyo número es necesario aumentar con políticas educativas e incentivos adecuados, también es esencial la inserción de diseñadoras, comunicadoras y profesionales de otras disciplinas que utilicen las herramientas TIC y sus conocimientos para crear y trabajar en diferentes tipos de servicios en línea. Esto incluye además a mujeres de las ramas humanísticas, del ámbito del arte y de los colectivos culturales con el fin de generar recursos interactivos en la web para compartir saberes y desarrollar emprendimientos económicos.

A esta altura el paro de denegación de servicios de las mujeres ya nos nos parece ajeno. Al solidarizarnos, reafirmamos la plena participación de las mujeres en todos los desarrollos del mundo digital y de su economía con igualdad de oportunidades, equidad y justicia de género.

Ilustración: afiche creado por Derechos Digitales para esta protesta

Footnotes

1. Mapping Gender Digital Inclusion Initiatives, ITU, November 2016 http://www.itu.int/en/action/gender-equality/Pages/equalsGDImap.aspx

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