Este artículo presenta y compara los resultados de cuatro informes nacionales de Camboya, Filipinas, Malasia y Pakistán, realizados por el Programa de apoyo a las redes de mujeres (PARM) de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC) como parte del proyecto “Fortalecer el uso estratégico de las TIC por parte de las mujeres para combatir la violencia hacia las mujeres y las niñas”. Asia ha sido vanguardia en la adopción de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y en el uso de las mismas para promover la democracia y los derechos humanos. Desde el uso de SMS para coordinar protestas públicas en Filipinas, hasta la suspensión de firewalls en Birmania y en China, los asiáticos y las asiáticas han mostrado una gran ingenuidad en el uso de las TIC para defender sus derechos. Sin embargo, también se han utilizado dichas tecnologías en la región para la violación de los derechos, aumentando las posibilidades de ejercer censura y vigilancia, ya fuera a cargo del Estado o de perpetradores de violencia contra las mujeres. Este trabajo analiza la intersección entre las TIC y la violencia de género, zona que suele quedar fuera del discurso sobre TIC y derechos humanos, que con frecuencia se enfoca principalmente en cuestiones de acceso y libertad de expresión.