La autora afirma que la Internet es genuinamente un espacio femenino, un espacio ideal para las mujeres, aunque reconozca la evidencia del dominio masculino que también se produce en la red. Todavía, considera que la red, debido a su diseño y concepción original, es ideal para ser un espacio eminentemente femenino, un espacio favorable que ofrece a las mujeres posibilidades y usos diversos: contactar con otras personas, crear grupos de relación y de interés, formar redes y especialmente facilitar un espacio donde generar y acceder a la información de forma alternativa, superando algunos aspectos que en la sociedad actual suponen una dificultad para las mujeres: la falta de tiempo (doble jornada, inadecuación de los horarios laborales y familiares, etc.) y la histórica invisibilidad de la mirada de las mujeres.<br />