Son varias las organizaciones sociales que se dedican a nivel mundial a monitorear la producción de pornografía infantil en internet y a colaborar con gobiernos y fuerzas policiales para combatirla. En algunos países, se han podido llevar a cabo acciones exitosas contra la circulación de este tipo de materiales en la red y para ello funcionó ampliamente la cooperación multisectorial, donde gobiernos, empresas proveedoras de conexión a internet y organizaciones sociales cumplieron un rol fundamental.


Una de las batallas con final exitoso se libró en Gran Bretaña, con amplio protagonismo de la organización Children's Charities Coalition on Internet Safety - CHIS (UK). Su representante, John Carr, señaló en el panel sobre ''Medidas para prevenir y luchar contra la pornografía infantil en internet: estrategias para países en desarrollo'' que ni bien comenzó a funcionar la internet, a mediados de los 90, comenzó a detectarse en su país el intercambio de material de este tipo en los llamados ''newsgroups'', grupos de usuarios interesados en un mismo tema que funcionan habitualmente en el ciberespacio. Pero no fue sencillo decidir cerrar esos grupos, sino que esto requirió una investigación policial, un trabajo interesante de alerta y prevención por parte de organizaciones sociales y gobierno, como también crear conciencia en la población sobre los peligros de esta práctica.


Del intercambio de pornografía se pasó rápidamente al desarrollo de sitios web con estos materiales pornográficos y la venta de imágenes y videos. El argumento de los proveedores de conexión a internet era que ellos simplemente ofrecían esta conexión y no tenían nada que ver con los contenidos que circulaban. ¿Por qué debían inmiscuirse en esas cuestiones? Además, sólo se trataba del tráfico de imágenes. ¿Alguien debía ser castigado por permitir el envío o facilitar el acceso a una fotografía erótica o pornográfica que involucrara a criaturas? En poco tiempo, las ventas de estos materiales en internet habían aumentado considerablemente, lo que también hablaba de un aumento de las conexiones a esos determinados sitios. ''Clientes'' que no podían perderse así nomás.


Pero las organizaciones sociales no dejaron su lucha y contaron con la importante alianza de un grupo de investigadores policiales especializados en tecnologías de la información y la comunicación y con la colaboración de diversas áreas del gobierno y del poder legislativo. En poco tiempo tomaron las medidas necesarias para que se bloquearan los newsgroups y los sitios y se creara un Grupo de Tareas para la Protección de la Niñez en Internet. El resultado estadístico habla por sí solo: en este momento en Gran Bretaña prácticamente ha desaparecido la actividad de pedófilos en internet. Varias condenas penales y numerosos bloqueos a tarjetas de crédito utilizadas en la compra de estos materiales, sirvieron para frenar este denigrante negocio.


Mientras tanto en Brasil, la batalla se está dando en varios frentes. Thiago Tavares Nunes de Olivera, presidente de SaferNet Brasil, quien también participó en el mencionado panel, destacó que la preocupación en su país está en monitorear los chatrooms, donde muchas veces aparecen adultos participando engañosamente en conversaciones con niños para seducirlos y convencerlos a tener encuentros personales que pueden ser fatales para el niño o niña involucrado.


Tavares señaló que en esta campaña cuentan con la colaboración de los usuarios y usuarias de internet que les hacen llegar denuncias ni bien perciben alguna situación dudosa o encuentran materiales inconvenientes en la red. Esta ayuda del público en general es de gran valor, pero demasiadas veces debe trasponer las barreras burocráticas, creadas por procedimientos poco directos para llegar a las instancias policiales adecuadas para combatir este tipo de delitos. Por ello fue importante la creación de una Fiscalía General para el Combate contra el Cibercrimen en Brasil, que permite canalizar las denuncias y comenzar las investigaciones. No obstante, el crecimiento de los sitios de pornografía infantil es muy importante en Brasil. Según informó esta fiscalía, sólo en lo que va de 2007 se crearon 2500 nuevos sitios por mes. Muchos desaparecen al ser perseguidos, pero vuelven a reaparecer con otra fachada ni bien pueden.


Una preocupación de la gente de SaferNet es que al combatirse con eficacia la pornografía infantil en internet en los países europeos, las redes de pedófilos los ''muden'' a América Latina, donde existen vacíos legales importantes sobre el tema. En su tarea de monitoreo, SaferNet encontró que sitios que fueron dados de baja en la República Checa por la persecución policial, aparecieron al poco tiempo situados en Panamá, un país cuya debilidad legislativa ante esta cuestión es evidente. Además, en la región no existe un número importante de redes sociales fuertes en la lucha contra la pornografía infantil, ni políticas públicas adecuadas, ni fondos de financiamiento para llevar adelante una tarea que exige mucha especialización, seguimiento, monitoreo y trabajo silencioso antes de obtener resultados.


Para Sergio Gardenghi Suiama, Fiscal General y miembro del Grupo de Tareas contra el Cibercrimen, es importante que los gobiernos latinoamericanos en colaboración con las organizaciones sociales, los proveedores de internet y la ciudadanía colaboren activamente, porque no es suficiente con bloquear los lugares físicos donde se alojan los productos pornográficos. Este fiscal considera que los proveedores de internet deberían cumplir con obligaciones mínimas necesarias para impedir la existencia de estos sitios y de los newsgroups. También desde distintas instancias del gobierno deberían realizarse acciones educativas y de prevención para evitar que los niños y niñas sean atraídos por los pedófilos utilizando chatrooms, y las familias y educadores estén alertas ante cualquier señal de peligro. Gardenghi señala además que la policía debe ser capacitada para combatir el cibercrimen y que las legislaciones tienen que adecuarse, como así también los instrumentos de cooperación internacional para perseguir a los delincuentes, impidiendo que salten con sus productos de un país a otro con total impunidad, cobrando nuevas víctimas en cada paso.


Foto: Pedro Jaime Fernández

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