Internet, al igual que otras tecnologías, proporciona a las mujeres incontables oportunidades para empoderarse, involucrarse y educarse. Al mismo tiempo, las herramientas digitales vuelven cada vez más fácil realizar amenazas fundándose en el género, acosar, agredir y ejercer violencia contra las mujeres. Los proveedores intermediarios de internet tienen un importante papel que desempeñar en la detección y la reparación de la violencia en línea hacia las mujeres. Sin embargo, la respuesta de los intermediarios ante incidentes de acoso en línea basado en el género, muy a menudo se apoya en prejuicios y malentendidos acerca de la naturaleza de la violencia en línea contra las mujeres, así como sobre la tensión existente entre hacer frente a la violencia y proteger la libertad de expresión. Esta serie de artículos es uno de los productos del proyecto de Basta de violencia: derechos de las mujeres y seguridad en línea, y explora la responsabilidad de los intermediarios en lo que toca a asegurar que internet sea un espacio para el empoderamiento – y no el sometimiento – de las mujeres.



Un pilar fundamental del movimiento por la libertad en internet, que es promovido por organizaciones que abogan por la libertad en internet como Article 19, la inicitiva Derechos digitales europeos, la Electronic Frontiers Foundation, y el Centre for Internet and Society es la idea de que los intermediarios deben tener inmunidad legal ante cualquier contenido alojado en sus sitios. Según el activista por los derechos digitales Joe McNamee… “del mismo modo en que socava los derechos fundamentales de la libertad de comunicar, la intimidad y el derecho a un juicio justo, la responsabilidad legal de los intermediarios también se emplea para crear fronteras en el mundo en línea, socavando la misma apertura que hace que internet sea valiosa para la democracia y, efectivamente, para la economía.” Todos los relatores especiales sobre la libertad de expresión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y la Organización para la seguridad y la cooperación en Europa han sostenido que: “proteger la libertad de expresión significa que ninguna persona que simplemente proporcione servicios técnicos de internet… puede ser responsabilizada legalmente por el contenido generado por otros”.



Sin embargo, es claramente necesario e importante que los intermediarios desempeñen un papel más activo para asegurar no sólo que no son cómplices del uso de sus plataformas para el acoso en razón del género y la incitación a la violencia hacia las mujeres, sino que además combaten esos usos. En un contexto en el cual existen arraigadas suposiciones basadas en el género, que dan lugar a la restricción de los derechos a la libre expresión de las mujeres a favor de reclamos más amplios por libertad de expresión, y donde el concepto de discurso de odio es subjetivo y a menudo objeto de manipulaciones, ¿qué papel pueden desempeñar los intermediarios para facilitar la libre expresión verbal de las mujeres, así como para posibiltar que accedan a internet en un ambiente en el que no se las someta a violencia ni a acoso?



Un camino posible para conciliar estas preocupaciones enfrentadas es salir del enfoque centrado en la responsabilidad legal de los intermediarios y pasar a uno que se centre en la responsabilidad a secas. Al dejar de lado la responsabilidad legal, que implica un abordaje restrictivo que hace peligrar la naturaleza libre y abierta de internet, a la vez que supone una evaluación basada en riesgos, y acercarnos a la responsabilidad a secas, que conlleva definirse a favor del empoderamiento, las acciones positivas y el liderazgo, podemos promover el importante rol de los intermediarios para fomentar las actitudes positivas y la responsabilidad en línea de una manera que no conduzca a la manipulación o la cooptación estatal.



Hacer que los intermediarios se hagan responsabes en el combate al acoso por motivos de género supone que éstos tomen las siguientes medidas:




  • Promover la intercomprensión y las posturas positivas ante el género.




  • Incorporar las opiniones e ideas de mujeres en el diseño, la implementación y la evaluación de plataformas y servicios de intermediación.




  • Aumentar la sensibilidad ante las quejas y las denuncias de violencia contra las mujeres, o acoso por motivos de género, que ocurren en línea.




  • Proporcionar soluciones y medidas para mitigar las expresiones de odio por motivos de género en internet.



La responsabilidad de los intermediarios en casos de hostigamiento por motivos de género debería ubicarse en un marco más amplio, que esté diseñado para contrarrestar, de manera abarcativa, el acoso por razones de género y la violencia hacia las mujeres que ocurre en línea. Un marco que puede ser de utilidad para pensar estos temas se encuentra en Intermediarios de internet: Disyuntiva por la atribución de responsabilidad civil y penal, un informe publicado por la organización por la libertad de expresión Article 19 en agosto de 2013. Article 19 promueve un sistema de amplia inmunidad para los intermediarios de internet, pero describe un método específico para enfrentar el discurso de odio y la incitación a la violencia, la discriminación y la hostilidad en internet. Dicho sistema proporciona los fundamentos para un encare factible de la responsabilidad del intermediario. Con base en las propuestas de Article 19, debe haber tres caminos disponibles a seguir por los individuos que son objeto del acoso por motivos de género:



1. Los individuos deben poder notificar a las autoridades policiales las ocurrencias de incitación al odio o a la violencia contra las mujeres, y deben poder confiar en que dichas denuncias serán encaradas de manera eficaz y eficiente. Asegurar la viabilidad de este método de remediación requiere fomentar que se comprenda la naturaleza de la violencia hacia las mujeres y sus consecuencias, así como promover la criminalización de la incitación al acoso por motivos de género, y la violencia hacia las mujeres.



2. Los individuos deben poder notificar al proveedor de alojamiento o a la red social la existencia de contenidos que se sospechan delictivos, y deben poder confiar en que dichas denuncias serán encaradas de manera eficaz y eficiente. El intermediario debe retirar los contenidos en cuestión como medida temporaria, según los términos del acuerdo de provisión del servicio, y debe notificar a las autoridades encargadas del cumplimiento de la ley.



3. Los individuos deben tener acceso a líneas de acceso directo o a defensores de los/as usuarios/as, que apoyen a las mujeres en la denuncia de acoso por motivos de género, y ayudarlas a que se pongan en contacto con el intermediario o con la policía.



Cada una de estas vías – denuncia ante las autoridades policiales, ante los intermediarios y ante los defensores de usuarios/as o líneas de acceso directo – debe ser adecuada, accesible, eficaz y legítima, así como debe involucrar la participación crítica de las mujeres, al igual que cambios de posturas.



La responsabilidad de los intermediarios es central para superar de manera certera el acoso basado en el género y la violencia hacia las mujeres en internet, para que ésta siga siendo un espacio libre y abierto donde las mujeres puedan aprender, compartir y crecer. Centrarse en la responsabilidad legal del intermediario acarrea el riesgo de que la interferencia estatal aumente, y con ello decrezca la libertad de expresión de todos, incluso de las mujeres. Permitir que los intermediarios renuncien a cualquier responsabilidad acerca de los contenidos producidos y difundidos en sus sitios es igualmente destructivo para el gozo de los derechos humanos en internet. Al enfocarnos en la responsabilidad, podemos dar herramientas a individuos e intermediarios a la vez, para que trabajen en conjunto en favor de una internet resguardada, segura, libre y abierta para todos.



Logo del concurso “No a la violencia hacia las mujeres”. Crédito de la imagen: ONU Mujeres.

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