Illustration by Xonorika Kira for GenderIT.

Lea la versión en inglés del artículo aquí.

Internet, tal y como la conocemos hoy en día, es una vasta red de computadoras y dispositivos interconectados que han cambiado la forma en que vivimos, trabajamos y nos comunicamos. Pero sus orígenes se remontan mucho más atrás, décadas antes incluso de la creación del primer sitio web. 

Durante la Guerra Fría en los años 50 y 60, el gobierno de Estados Unidos estaba profundamente preocupado por la posibilidad de un ataque nuclear por parte de la Unión Soviética. Reconociendo que en caso de tal ataque, las formas tradicionales de comunicación probablemente serían destruidas, lo que dificultaría la coordinación de respuesta del gobierno. Para abordar esta preocupación, comenzaron a financiar investigaciones sobre el desarrollo de un sistema de comunicación que pudiera resistir un ataque nuclear. 

Una de las figuras clave en estas primeras investigaciones fue Paul Baran, un ingeniero de la RAND Corporation, un instituto de investigación en Estados Unidos. Baran propuso un sistema llamado conmutación de paquetes, que permitiría que los datos se dividieran en pequeños paquetes que podrían enviarse a través de una red de computadoras. Estos paquetes podrían encontrar su camino hacia su destino incluso si algunos componentes de la red fueran destruidos. Otra figura clave en el desarrollo temprano de internet fue Robert Taylor, un científico de la computación en la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada del Pentágono (ARPA). Taylor reconoció el potencial de la conmutación de paquetes y comenzó a financiar investigaciones sobre el desarrollo de una red que pudiera conectar computadoras en diversas instituciones de investigación en todo el país. 

Esta red, llamada ARPANET, fue la primera red operativa de conmutación de paquetes y se lanzó oficialmente en 1969. El objetivo del proyecto era desarrollar una nueva forma de conectar computadoras que permitiera una comunicación y colaboración más eficientes entre los investigadores. Si bien ARPANET fue un logro significativo, seguía siendo una red relativamente pequeña que solo era utilizada por un grupo reducido de investigadores. Sin embargo, sentó las bases sobre las cuales se construiría el internet moderno. A principios de los años 70, un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) desarrolló un nuevo protocolo llamado TCP/IP (Protocolo de Control de Transmisión/Protocolo de Internet). Este protocolo permitió que diferentes redes se comunicaran entre sí y se convirtió en el estándar para todas las comunicaciones en internet. 

La introducción de TCP/IP tuvo un impacto profundo en el desarrollo de internet. Permitió que diferentes redes se conectaran entre sí, creando una red global de computadoras que podían comunicarse entre ellas. Este fue el nacimiento del internet tal como lo conocemos hoy. A medida que la internet creció, se desarrollaron nuevas tecnologías y servicios para hacerlo más útil y accesible para un rango más amplio de personas. Una de las innovaciones clave de este período fue el desarrollo de la World Wide Web (WWW). La WWW fue creada por Tim Berners-Lee, un científico de la computación en el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear). Berners-Lee desarrolló un sistema de enlaces hipertexto que permitía a los usuarios navegar fácilmente entre diferentes páginas de información en internet. Esto hizo que la internet fuera mucho más fácil de usar y condujo a la creación de los primeros sitios web. La World Wide Web fue lanzada oficialmente en 1991 y rápidamente se convirtió en uno de los servicios más populares en internet. El primer sitio web, alojado en el CERN, era una página simple de texto e hipervínculos. Sin embargo, a medida que más y más personas comenzaron a crear sitios web, la internet comenzó a adquirir una nueva forma. Los sitios web se volvieron más complejos y nuevas tecnologías como JavaScript y Flash permitieron la creación de páginas más interactivas y dinámicas. La internet continuó creciendo y evolucionando a lo largo de los años 90 y 2000. Nuevas tecnologías como las redes de banda ancha y sin cables hicieron posible que más personas accedieran al internet desde sus hogares. Las plataformas de redes sociales como Facebook y Twitter permitieron que las personas se conectaran entre sí de nuevas formas y dieron lugar al fenómeno de las comunidades en línea. 

Si bien la construcción de estas comunidades permitió que todos se conectaran con otros, ha tenido un impacto profundo en la participación de las mujeres en la sociedad, cuyo acceso a internet ha aumentado significativamente en los últimos años, lo que les ha permitido conectarse con otros, acceder a información y participar en actividades económicas y políticas. A lo largo de este texto, nuestro objetivo es explorar las formas en que las mujeres se han convertido en agentes poderosas en la configuración de internet y en la creación de un espacio más inclusivo.

The evolution of the internet

Web 1.0

Años de actividad:  Finales de  1990 
Desarrolladores: Varias personas y organizaciones involucradas en el desarrollo web.
Principales características: Uso de hipervínculos y páginas web estáticas, con una interactividad mínima.
Propósito: Para difundir información basada en texto a les usuaries.

Web 1.0, también conocida como "web estática", se refiere a la primera generación de la World Wide Web que surgió a finales de la década de 1990. Esta era de internet se caracterizaba por sitios web simples, estáticos y en su mayoría basados en texto, enlazados entre sí a través de hipervínculos. La mayoría de los sitios web se creaban utilizando HTML y no eran interactivos ni dinámicos. La web 1.0 se construyó sobre el Protocolo de Transferencia de Hipertexto (HTTP) y se accedía principalmente a través de navegadores web como Netscape Navigator e Internet Explorer. 

Estas páginas generalmente se creaban y mantenían manualmente, con el código HTML siendo escrito y editado por desarrolladores web. No se actualizaban con frecuencia y, como resultado, la mayoría de las páginas web eran estáticas y cambiaban muy poco. Eran una herramienta de comunicación unidireccional destinada a la difusión de información y como plataforma para folletos en línea, artículos de noticias y sitios de comercio electrónico básicos, que podían ser accesados por los pocos usuarios que tenían conocimiento y acceso a ellos. Otra característica de de la web 1.0 era el dominio de grandes corporaciones y empresas de medios establecidas como AOL, Yahoo y Microsoft, que controlaban la mayoría del contenido en internet, lo que llevaba a la falta de diversidad y homogeneidad de voces. A pesar de sus limitaciones, la web 1.0 fue un paso significativo en el desarrollo de internet. Estableció la infraestructura básica y las tecnologías que se utilizarían para crear la web más dinámica e interactiva de hoy en día. Por ejemplo, también abrió el camino para el desarrollo de motores de búsqueda como Yahoo y AltaVista, que permitían a los usuarios encontrar y acceder fácilmente a información específica en línea, y desempeñaron un papel crucial en hacer que internet fuera más accesible para los usuarios.

Las mujeres y la Web 1.0

La web 1.0 fue el primer paso en la democratización de la información. Con el advenimiento de internet, la información se volvió más accesible y ampliamente disponible para las personas de todo el mundo que tenían acceso. Sin embargo, la desigualdad  de género en la tecnología en ese momento era aún más pronunciada que en la actualidad. 

La industria tecnológica estaba principalmente dominada por hombres, y esto se reflejaba en el desarrollo de la web temprana. La brecha de género en ciencias de la computación y campos relacionados era evidente en el diseño y contenido de la web temprana, que a menudo reforzaba estereotipos y prejuicios de género.

A pesar de estos desafíos, las mujeres desempeñaron roles importantes en la configuración de la web temprana. Por ejemplo, Ada Lovelace, considerada ampliamente la primera programadora de computadoras del mundo, desarrolló el primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina a mediados del siglo XIX. En las décadas de 1960 y 1970, mujeres como Grace Hopper y Adele Goldberg realizaron contribuciones significativas a la ciencia de la computación, sentando las bases para el desarrollo de internet y la World Wide Web. En las décadas posteriores a la web temprana, ha habido avances hacia una mayor equidad de género en la tecnología.

En 2001, Tanja Carstensen identificó dos discusiones sobre la web 1.0 en sus primeros desarrollos. Por un lado, existía la percepción de la internet como un dominio masculino (predominantemente cisgénero), pensándola como una "red generizada". Un factor era la asociación entre tecnología y masculinidad, lo que llevaba a la percepción de que internet era un espacio principalmente para hombres (cisgénero). Además, el acceso tardío de las mujeres a internet y la presencia de contenido androcéntrico reforzaban esta percepción. También se citaban las discusiones dominadas por hombres en foros y chats en línea como evidencia de la desigualdad y los desequilibrios de poder en internet, reflejando las desigualdades del mundo offline (fuera de línea). 

En ese momento, surgió el ciberfeminismo, expresando la esperanza de que internet disolviera las distinciones entre tecnología y humanidad, así como entre géneros, hombres y mujeres (en respuesta principalmente al análisis posestructuralista de Judith Butler y Donna Haraway).

Web 2.0

Años de actividad: Comienzos de los 2000 al presente 
Desarrolladores: Varias personas y organizaciones involucradas en el desarrollo web.
Principales características: Páginas web dinámicas y mayor interactividad del usuarie. Esto facilitó la creación y el intercambio de contenido generado por les usuaries, junto con redes sociales, colaboración y elementos multimedia.
Propósito: Para fomentar la participación y colaboración de les usuaries, transformando Internet de una fuente de información unidireccional en una plataforma interactiva donde les usuaries pueden contribuir y relacionarse con otres.

El término "Web 2.0" fue acuñado por primera vez por O'Reilly Media en 2004, pero el concepto se venía desarrollando desde varios años antes. Web2, también conocida como Web 2.0, es un término utilizado para describir la segunda generación de la World Wide Web. Se refiere a la aparición de nuevas tecnologías y prácticas que han permitido a los usuarios interactuar con la web de formas nuevas y dinámicas. 

A diferencia de la Web 1.0, la Web2 se caracteriza por un cambio de la comunicación estática unidireccional a la comunicación dinámica bidireccional que experimentamos hoy en día. A finales de la década de 1990, comenzaron a surgir una serie de nuevas tecnologías y conceptos que cambiarían la forma en que funcionaba Internet. Uno de los más importantes de estos fue el desarrollo de la interfaz de programación de aplicaciones web (API).

Las API permitieron a los desarrolladores crear aplicaciones web que podían interactuar con otras aplicaciones web, lo que facilitaba mucho la creación de sitios web dinámicos e interactivos. Otro desarrollo importante fue el surgimiento de las redes sociales. Sitios web como MySpace y Facebook permitieron a los usuarios crear perfiles, compartir información y conectarse con otres usuaries, haciendo que Internet fuera mucho más social. 

Mientras tanto, el auge de los blogs también desempeñó un papel significativo en el desarrollo de la Web 2.0, permitiendo a los usuarios crear y compartir contenido fácilmente, lo que finalmente hizo posible que cualquiera tuviera una voz en Internet y democratizó el espacio web como resultado. Esto ha llevado a una web más participativa y colaborativa, donde los usuarios ya no son simplemente consumidores pasivos de contenido como en la Web 1.0, sino participantes activos en la creación y compartición de información. 

La inclusión de las masas en la generación de contenido en Internet también ha llevado a una web más diversa, donde los usuarios pueden acceder a una amplia variedad de información y perspectivas, en lugar de estar limitades al contenido creado por un pequeño grupo de personas que dictan cómo deben ser los espacios en línea. 

La Web 2.0, tal como la utilizamos hoy en día, ha permitido a las personas ganarse la vida, educarse y compartir conocimientos, y convertirla en el medio de comunicación principal para sí mismos. El surgimiento de la Web2 ha llevado a una web más participativa, colaborativa, democrática y diversa. 

Sin embargo, también plantea riesgos que resultan difíciles de regular. Por ejemplo, las constantes violaciones de la privacidad, el aumento del discurso de odio, la violencia de género, los ataques a la libertad de expresión, entre otros, aún no se han abordado de manera satisfactoria, de forma que no representen un riesgo para los derechos fundamentales de las personas. La naturaleza centralizada de la Web 2.0, que otorga el control de los datos de los usuarios a unas pocas empresas tecnológicas, agrega a este desafío.

La mujeres y la WEB 2.0

El acceso generalizado a las redes sociales ha puesto de manifiesto cómo se han replicado en línea las dinámicas patriarcales fuera de línea. El aumento de la violencia de género en línea, también conocida como violencia de género facilitada por la tecnología, se puede atribuir a varios factores.  En primer lugar, el anonimato proporcionado por los espacios en línea puede dar confianza a los agresores para participar en comportamientos abusivos sin temor a consecuencias inmediatas. Además, las normas y actitudes sociales que perpetúan el sexismo, la misoginia y la desigualdad de género a menudo se manifiestan y amplifican en línea, lo que contribuye a la prevalencia de la violencia de género digital.

Según ONU Mujeres, las formas más comunes de violencia reportadas son ‘’la desinformación y difamación (67 por ciento), el acoso cibernético (66 por ciento), el discurso de odio (65 por ciento), la suplantación de identidad (63 por ciento), el hacking y el acecho (63 por ciento), el astroturfing (un esfuerzo coordinado para compartir contenido perjudicial simultáneamente en diferentes plataformas, 58 por ciento), el abuso basado en video e imágenes (57 por ciento), el doxing (55 por ciento), las amenazas violentas (52 por ciento) y la recepción de imágenes no deseadas o contenido sexualmente explícito (43 por ciento).’’ Y esto está tomando forma a escala global.

La pandemia de COVID-19 ha amplificado estos problemas e incluso ha hecho visible cómo las comunidades de géneros diversos experimentan diferentes formas de violencia están relacionadas con la pobreza, la ubicación geopolítica y la predeterminación algorítmica. Esto ha llevado a que muchas personas abandonen los espacios en línea con la esperanza de detener el abuso, lo que ha resultado en una brecha en la representación de identidades diversas en Internet.

Por otro lado, las redes sociales también han conectado a mujeres y personas de géneros y sexualidades diversas  en diferentes geografías, y han inspirado a diferentes comunidades a activar infraestructuras que faciliten la autonomía financiera a pesar de las predeterminaciones sociales.

También ha elevado conversaciones sobre la agencia y la posibilidad de conectarse a través de afinidades mutuas y compartidas. En 2021, Legacy Russell lanzó el libro "Glitch Feminism", que explora ideas proto-web3 y analiza la presencia de comunidades marginadas dentro de web2. Según la investigadora Doreen Rios, "El feminismo Glitch reconoce el valor de la visualidad y el papel revolucionario que desempeñan las prácticas digitales en la expansión de arqueologías, deconstrucciones y representaciones de los cuerpos, y al mismo tiempo mantiene una perspectiva crítica sobre cómo se mantienen diversas dualidades antagonistas en el plano digital: virtual/real, naturaleza/cultura y, por supuesto, masculino/femenino."

Web 3.0

Años de actividad: En desarrollo continuo y en conjunto con la aparición de nuevas tecnologías y conceptos.
Desarrolladores: Varias personas y organizaciones involucradas en el desarrollo web.
Principales características: Incorpora tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial, la cadena de bloques (blockchain) y el Internet de las cosas (IoT). Se centra en proporcionar experiencias personalizadas y contextualmente conscientes, la propiedad descentralizada de datos, una mayor privacidad y una integración fluida entre dispositivos y plataformas.
Propósito: Busca crear una experiencia web más "inteligente", interconectada y centrada en el usuarie, aprovechando las tecnologías emergentes para proporcionar una personalización mejorada, seguridad y una mejor conectividad en diversos aspectos de las interacciones en línea.

La Web 3, también conocida como la "web descentralizada" o la web basada en blockchain, es la próxima iteración de Internet. Es una red de "sistemas y aplicaciones descentralizadas" que se construyen sobre la tecnología de blockchain, con el objetivo de dar a los usuarios un mayor control sobre sus datos y actividades en línea. Esto significa que la privacidad se incorpora en la arquitectura de la web 3.0, en lugar de ser una idea secundaria como en la Web 2.0, donde es un problema constante. Como McKenzie Wark ha escrito en "Capital is Dead" (2021), esto significa que a menudo les usuaries participan en trabajo invisible, cuando sus datos son extraídos y vendidos a corporaciones, para participar en ciclos de consumo.

Si bien esta tecnología tiene un gran potencial para mejorar la privacidad, seguridad y autonomía en línea, también conlleva una serie de desafíos que deben abordarse para implementarse con éxito. La Web 3.0 es considerada como un cambio en relación al modelo centralizado actual de la  Web 2.0, donde unas pocas grandes empresas y organizaciones controlan el flujo de información y el acceso a los datos. 

La Web 3 también brinda la posibilidad de una gestión descentralizada de la identidad. Esto significa que las personas tienen control sobre su propia información personal, en lugar de que las corporaciones la controlen.

Una de las características clave de Web 3 es el uso de contratos inteligentes. Un contrato inteligente (smart contract) es un contrato autoejecutable en el que los términos del acuerdo entre comprador y vendedor se escriben directamente en líneas de código. Los contratos inteligentes permiten la automatización de transacciones y la eliminación de intermediarios, como bancos o abogados. Esto permite transacciones más rápidas, económicas y seguras. Por ejemplo, para les artistas digitales que trabajan con tokens no fungibles (NFTs), esto permite diseñar un contrato como requisito previo para la transacción de su obra de arte con una o varias galerías y entre varies coleccionistas, verificando las transacciones en tiempo real. 

Esto es muy importante, ya que es la primera vez que les artistas pueden vender su trabajo y recibir regalías a medida que sus obras se transan entre diferentes coleccionistas a lo largo del tiempo, algo que no ha sido posible en el mundo del arte "material" tradicional. Además de los avances tecnológicos, Web 3 también conlleva un cambio en la forma en que interactuamos con Internet. Uno de los beneficios más significativos de Web 3 es el potencial de una mayor inclusión financiera. Las Finanzas Descentralizadas (DeFi) es un sector en rápido crecimiento dentro de Web 3 que permite a las personas acceder a servicios financieros sin intermediarios, como bancos. Esto puede ser especialmente beneficioso para las personas en comunidades con acceso limitado a servicios financieros o sin acceso a ellos.

Finalmente, esta iteración de Internet ha presenciado la amplificación de herramientas, aplicaciones o sistemas asistidos por inteligencia artificial (IA) que utilizan técnicas para ayudar y mejorar los procesos de toma de decisiones y mejorar las tareas basadas en la cognición. Esto incluye grandes modelos de lenguaje, así como software generador de imágenes y videos.

Desafíos y propuestas feministas

Los gobiernos de todo el mundo aún no han establecido regulaciones claras para la Web 3.0, y no está claro cómo se tratará bajo las leyes existentes. Esto puede dificultar que las empresas y las personas utilicen la Web 3.0, creando incertidumbre para desarrolladores e inversores. Para abordar este desafío, los gobiernos deben establecer regulaciones claras y consistentes para esta nueva tecnología y proporcionar orientación sobre cómo funcionará. 

Existen diversas perspectivas feministas sobre la Web 3.0 y la equidad que han surgido en los últimos años. Una perspectiva es que la tecnología, incluyendo blockchain y las finanzas descentralizadas (DeFi), tiene el potencial de empoderar a las mujeres y otros grupos vulnerables  al brindarles un mayor acceso a recursos financieros y poder de toma de decisiones. Esto podría lograrse mediante el uso de modelos de gobernanza "descentralizados", que podrían permitir una distribución más equitativa de recursos y poder de toma de decisiones.

En una conversación que tuve con Anasuya Sengupta, una poeta y autora de India, a principios de este año, ella argumentó que la descentralización se ha convertido en una palabra de moda utilizada por las grandes empresas de tecnología para describir modelos que, en el fondo, no han abandonado las arquitecturas centralizadas. La tecnología no es neutral en el sentido de que el desarrollo tecnocientífico generalmente está al servicio de los gobiernos y las grandes empresas de tecnología, orientado por la necesidad de mejorar la inteligencia militar. La misma utiliza los recursos existentes y moldea el mundo para que se ajuste a sus propios requisitos, estableciendo nuevas industrias y desarrollando máquinas que no necesariamente priorizan el progreso humano, sino que son altamente eficientes para la acumulación de capital.

Hasta hace poco, las transacciones en blockchain estaban asociadas a un importante impacto ecológico. El algoritmo de consenso de prueba de trabajo tradicional, utilizado por criptomonedas populares como Bitcoin, requería un amplio poder computacional y consumo de energíaLa crítica feminista se extiende a la explotación del trabajo, la tierra, los datos y los recursos por parte de las grandes empresas de tecnología. Las cadenas de suministro de las empresas de tecnología dependen de la extracción de minerales y las emisiones causadas por el procesamiento de datos. Estas cadenas de suministro también están vinculadas a la obtención de recursos en zonas de conflicto, deforestación y abusos contra los derechos humanos que afectan directamente a las comunidades indígenas.

Otras perspectivas feministas surgidas en la práctica con la Web 3.0 señalan el valor de las DAOs (Organizaciones Autónomas Descentralizadas). Las DAOs ofrecerían una solución al proporcionar una estructura de gobierno clara y efectiva a través de la toma de decisiones en la blockchain. Según Xinran Lai, une investigadore de China interesade en la tecnología descentralizada, "todas las reglas y operaciones se almacenan en la cadena de bloques y solo se pueden cambiar a través de un proceso de votación, lo que garantiza transparencia y autonomía. La naturaleza abierta de los datos organizativos reduce las posibilidades de corrupción, promoviendo la igualdad y la apertura". Xinran amplía este tema, presentando un estudio de caso de Zebpay, un intercambio de criptomonedas indio, con el objetivo de empoderar a las mujeres a nivel mundial para que participen en la industria de las criptomonedas. Esta iniciativa tiene como objetivo crear un entorno más inclusivo y brindar a las mujeres los recursos necesarios para involucrarse en el mundo de las criptomonedas. Del mismo modo, H.E.R. DAO es otro ejemplo notable de una DAO liderada por mujeres. El acrónimo H.E.R. significa "holística, emancipación de recursos", lo que representa la dedicación de la organización a promover la diversidad de género dentro del ecosistema de la blockchain y la Web 3.0.

Más recientemente, ONGs tradicionales como Outright International, una organización 2SLGBTQI+, han adoptado las donaciones en criptomonedas y han trabajado con proyectos de NFT para respaldar la defensa contra la criminalización en todo el mundo. Como persona trans comprometida con el mundo del arte, he descubierto un mayor sentido de apoyo comunitario dentro del ámbito de Web3 en comparación con la industria artística tradicional. En mi experiencia, el espacio de Web3 ha proporcionado un entorno inclusivo y empoderador que abraza la diversidad y fomenta la colaboración. A diferencia del mundo del arte tradicional, que a veces puede ser excluyente y jerárquico, las plataformas y comunidades de Web3 han acogido a personas de diversos orígenes.

La Web 3 anticipa un futuro en el que las personas tengan un mayor control sobre sus datos personales, se mejore la privacidad y se distribuya el poder de manera más equitativa. Sin embargo, como hemos aprendido de sus iteraciones anteriores que buscaban objetivos similares, esto plantea desafíos significativos. 

La internet es un espacio complejo y multifacético, caracterizado por su vastedad y diversidad. Sirve como una red global que conecta a personas de todos los ámbitos de la vida, culturas e ideologías. Dada esta complejidad, es importante reconocer que no existen soluciones únicas que puedan abordar las diversas necesidades y desafíos de todos en Internet. Diferentes individuos y comunidades tienen perspectivas, experiencias y requisitos especiales, por lo que es crucial abordar los problemas relacionados con Internet con una mente abierta y disposición para adaptarse. Reconocer las complejidades de la internet nos permite adoptar un enfoque más matizado e inclusivo, fomentando el diálogo, la colaboración y la exploración de soluciones diversas que puedan satisfacer mejor las diversas necesidades de las comunidades en esta era digital.

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